Andy López 2030
**El hijo de AMLO
**Destape anunciado
ESCALERAS: Nunca pudo (quizá nunca lo intentó), el presidente Benito Juárez García imponer a su hijo en un cargo público, Vaya, el hijo de Juárez fue diputado federal con el dictador Porfirio Díaz Mori.
Tampoco pudo Plutarco Elías Calles imponer a uno de sus dos hijos como sucesor presidencial. Apenas, apenitas, un hijo como diputado federal. Y, bueno, para los negocios. Y el otro, gobernador por Dedazo en Nuevo León.
Y, claro, impuso a cuatro sucesores. Emilio Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez, Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas del Río.
José López Portillo nunca pudo con “el orgullo de su nepotismo”, José Ramón, ungirlo como secretario de Estado. Fue, claro, representante de México en la FAO.
Un hijo de Miguel de la Madrid soñó con la candidatura presidencial, pero quedó en el camino. Ni siquiera en la recta final.
Pero, por lo pronto, un hijo de AMLO, Andy le llaman, ya fue destapado por el morenista de todos los tiempos, el senador Félix Salgado Macedonio, como el favorito para la sucesión dentro de seis años.
“Andrés Manuel López Beltrán es un excelente cuadro para convertirse en secretario General e MORENA y no hay que descartarlo como posible candidato presidencial en el año 2030” (Francisco Ortiz Pinchetti).
PASAMANOS: Se dirá (y con justa razón) que con el destape prematuro de Andy aplicado por Félix Salgado Macedonio devuelve, digamos, el favorzote a AMLO, el presidente.
Y el extraordinario favor cuando Salgado Macedonio fue “tumbado del caballo a mitad del río” como candidato a gobernador y entonces, y de seguro con la anuencia presidencial, impuso a su hija como emergente y es la gobernadora en Guerrero.
Los jefes máximos de la política. Los jerarcas “del lado correcto de la historia”.
Andy, pues, en el segundo cargo partidista en MORENA para la travesía sexenal con Claudia Sheinbaum Pardo.
Y como lideresa nacional guinda y marrón María Luisa Alcalde Luján, la secretaria de Gobernación, y quien debe todo, todo, todo, a AMLO y a la amistad de AMLO con su señora madre, Bertha Luján, juntos empalmados para la fundación de MORENA y desde el PRD.
Digamos, la gran familia revolucionaria como fue conocida la elite priista, hoy transfigurada en MORENA.
CORREDORES: El gran maestro de la crónica periodística, Francisco Ortiz Pinchetti, describe a Andy López Beltrán como el hijo de AMLO más eficiente y eficaz. Y, todo indica, de mayor confianza.
“El principal operador político de su papá desde la campaña de los años 2012 y 2018.
Andy mandaba. Repartía candidaturas. Designaba dirigencias estatales partidistas.
Ayudó al padre a escoger al gabinete y otros colaboradores. Organizó el futuro gobierno. Negoció con los líderes políticos y candidatos a gobernadores, diputados y senadores y con los empresarios y hasta con la jerarquía católica.
Tenía entonces apenas 32 años de edad. Un mocoso”.
BALCONES: Además, Andy “siempre operando en la sombra. Era el mandón tras bambalinas. (Y de ñapa), demostró ser buen amigo de sus amigos”… con los negocios.
Así, de los tres hermanos, hijos mayores de AMLO, Andy fue, ha sido, es, el mejor.
El hijo mayor, José Ramón, metido en los escándalos.
Andy, cuidándose. Cuidándose en el presente. Cuidando el futuro.
El heredero presidencial del padre.
PASILLOS: Desde la secretaría General del CEN de MORENA, Andy tejerá y destejará y volverá a tejer la candidatura presidencial del año 2030.
AMLO, operando mejor, mucho mejor, que Plutarco Elías Calles.
El poder presidencial… para un hijo.
El nepotismo en su más alto expresión.
Calígula, por ejemplo, sostuvo relaciones amorosas con sus tres preciosas hermanas con el objetivo de que le dieran un hijo para heredarle el trono como emperador romano.
Ninguna de las dos hermanas mayores pudo; sólo la tercera, la más joven, pero con el embarazo la hermana falleció y Calígula vio desmoronar su legítimo sueño.
VENTANAS: El padre Adán en el paraíso terrenal tampoco pudo heredar el trono a uno de sus hijos, Caín o Abel.
Caín, ya se sabe, lleno de envidia porque Abel era el preferido del papá, le quitó la vida.
Y el padre Adán quedó a la deriva. Incluso, se perdió en el relato bíblico.
Desde su rancho “La chingada” en Chiapas donde jura y perjura que vivirá (y solo) escribiendo libros, Andrés Manuel López Obrador seguirá mandando.
Y más que nunca, cuidando a su hijo Andy en todos los aspectos sucesorios. (lv)