Simplemente, porque la región está cooptada y controlada por los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Así lo dice el Sindicato Unificador Magisterial.
Dos:
En Coatzacoalcos donde un morenaco ejerce el poder municipal, dos hombres rafagueados en un bar.
El bar Directy Bar.
Los parroquianos bebían su cervecita.
Y los malos entraron y los rafaguearon.
Y huyeron.
Tres:
En Xalapa, la capital, la sede de los Tres Poderes, un taxista asesinado.
A balazo limpio.
En la colonia Aguacate.
Un hombre circulaba por ahí en motocicleta.
Y ni hablar, el llamado daño colateral.
Una bala lo alcanzó y quedó herido.
La vida pública turbulenta y huracanada.
Los malos mandan…
Y cuatro:
En Orizaba, Pueblo Mágico, la saña, la barbarie, la alevosía, la ventaja y la premeditación.
Además, lo peor entre lo peor de la condición humana: Una niña de once años de edad, José Poleth Pérez Zepahua, fue secuestrada y desaparecida el 8 de septiembre.
El día 12 de septiembre, jueves, cuatro días después, su cadáver desnudo y con señales de tortura y violación, tirado en la colonia Dante Alfonso Delgado Rannauro.
A un costado del río Orizaba.
Así, llanamente, los morenacos ejercen el poder y gobiernan.
García, el góber, concluyendo el sexenio con la misma intensidad volcánica con que comenzara cuando en el mes de diciembre del año 2018, una migrante originaria de Guatemala, fue emboscada y asesinada en los límites de Isla y Rodríguez Clara.
Tiempo cuando el turbulento secretario General de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, estaba en Tierra Blanca para inaugurar la feria ganadera y luego luego, declaró (con ansia mediática) que los asesinos eran los policías municipales de Isla.
Entonces, el alcalde le reviró asegurando que los homicidas eran “polleros”.
Y Éric Cisneros calló.
Mejor dicho, lo callaron.
Por bocón.
García ha trascendido a Poncio Pilatos.
Por ejemplo, inculpando a los medios de “presentar una realidad inexistente”.
Y desde luego, “curando en salud” su manifiesta y probada y comprobada incapacidad, inexperiencia e incompetencia.
Claro, millón de veces “tirarse al piso” de Claudia Sheinbaum Pardo alardeando que igual, igualito que la presidenta electa toca la jarana.
Veracruz desangrándose más, mucho más, como un tsunami.
Y García, inculpando a los demás.
¡Qué vergüenza y deshonra para el presidente de la república levantarle la mano como “torero en tarde de luces” diciendo que es el político más honesto del Golfo de México!
Bien reza el dicho popular: “La culpa no la tiene el indio sino quien lo hace compadre”.
Pero, bueno, AMLO, el presidente, permitió que García así, tal cual, des/gobernara Veracruz y nunca tuvo voluntad concreta y específica para dignificar la vida cotidiana en Veracruz.
Digamos, hacer valedero el llamado “Estado de Derecho” y cuya esencia superior es garantizar la seguridad en la vida.
Y en los bienes.
Pero más, en la vida, pues los bienes… van y vienen, si regresan.
García, el peor entre los peores errores de Andrés Manuel López Obrador.

II (Veracruz oloroso a muerte)

La peor herencia social de un político encumbrado en el poder gubernamental es un territorio salpicado de sangre y oloroso a muerte.
Y a impunidad.
La gran farsa y estafa y patraña de que en dos años “pacificaré Veracruz” como prometiera en campaña electoral y en el discurso de toma de posesión el señor García como gobernador.
Puro rollo.
Chorizo.
Mentiras.
El político con su manifiesto talón de Aquiles.
El principio de Peter evidenciando la experiencia de la tribu política.
Un Estado donde, por ejemplo, los carteles y cartelitos son los jefes máximos.
Los mandamases.
Peor, cuando como en Veracruz “a tiro por viaje” “los golpes de pecho” para excusarse de la enorme responsabilidad, la número uno, la vida con tranquilidad, en paz, y sin sobresaltos.
Caray, la niña de once años de edad, desaparecida y asesinada en Orizaba.
José Poleth Pérez Zepahua.
Ahora sólo falta que García la victimice y la inculpe de su propia muerte.
O inculpe a los padres.
Y/o hasta un novio adolescente con amigos malandros.
Nunca se le perdonará a AMLO, el presidente, el daño causado a Veracruz imponiendo a García de jefe del Poder Ejecutivo estatal.
Jamás.

III (Los años negros de Veracruz)

Mucho, demasiado se padeció la noche siniestra y sórdida (incluido el día) de Javier Duarte.
Demasiada, mucha, dura y ruda, fue la pesadilla de la población de Veracruz con Agustín Acosta Lagunes.
Peor, mucho peor, la decena trágica de 1940 con Jorge Cerdán de góber precioso y dejando cuarenta mil agraristas asesinados por los sicarios de “La mano negra” del cacique y latifundista, Manuel Parra, encargado por sus colegas para descarrilar la enconada lucha agraria por la tierra ejidal.
Ahora, el sexenio de García.
Y con el visto bueno de López Obrador, el presidente que va de salida.
En todo caso, “lo dejó hacer y lo dejó pasar”, tolerando el Veracruz ensangrentado que ha propiciado.