Otras más cuando egresan de la carrera y por aquellas latitudes geográficas encuentran empleo y se quedan.
Y con frecuencia se quedan… para siempre.
Más, mucho más, cuando por allá se casan.
Incluso, preparados los padres cuando si por ahí regresan a la ciudad de origen y apenas, apenitas, un rápido fin de semana y/o en todo caso, para navidad o fin de año.

DOS. Primero, los amigos

Entonces, la conseja popular y la experiencia indica que cuando vuelven por ahí a casa un fin de semana o fin de año, suelen, quizá, desayunar en casa.
Pero luego enseguida y sin levantar los platos de la mesa agarran camino a la calle para reunirse con los amigos.
Y reunirse con ellos hasta la medianoche. Y volver a la casa paterna hasta “en calidad de bulto”.
La vida, ya se sabe, siempre, siempre, siempre ha sido (y será) así, y “al pie de la letra”.

TRES. Los hijos son prestados

Por eso, el viejito del barrio observa que “los hijos son prestados”.
Y suele confirmarse hasta los diecisiete años, dieciocho, cuando ingresan a la universidad.
Incluso, en las regiones indígenas y campesinas mucho antes cuando los chicos necesitan trabajar para ayudar en el gasto familiar.
Y ante la falta de oportunidades locales y regionales hasta suelen terminar en Estados Unidos como migrantes y sin papeles.
Y si bien va a ellos y a los padres, quizá terminen en la Ciudad de México laborando en lo que se pueda y “con el tiempo y un ganchito” y, desde luego, “la ayuda de Dios”.

CUATRO. Ley no escrita

Y aplicable a los hijos y a los nietos.
Vaya, hasta uno mismo porque cuando fue joven también pudo haber tenido los mismos caminos.
Más porque está claro que en una comunidad, una ranchería, un pueblo, una ciudad se nace y otra suele estudiarse y en otra lograr un empleo y hasta donde resulta posible, un trabajo digno y pagado con justicia laboral.
Y estable.
Y con las prestaciones de ley.
Entonces, la intensa y frenética y volcánica búsqueda de la vida para tener la papa asegurada.
Y cuando se pueda, volverse independiente y autónomo.

CINCO. Muy lejos de casa

A veces suelen darse circunstancias duras y rudas.
Por ejemplo: El padre de un chico lo abandonó cuando cursaba el primer año de secundaria.
Años después, la madre enfermó de Alzheimer y como es hijo único, en momento crucial debió internarla en un sanatorio.
Después, ya laborando, el chico tuvo la oportunidad de crecer en su trabajo y fue enviado al otro extremo del mundo.
Así, dejó a su señora madre en el Alzheimer total y absoluto en el hospital y se fue a buscar un destino superior.
Y como vivía y trabajaba en los Emiratos Árabes, nunca volvió a la Ciudad de México y únicamente por teléfono estaba pendiente de su señora madre.
Hasta que le avisaron por teléfono de su muerte.
Y luego luego pidió la cremaran.
Nunca más volvieron a estar juntos.

SEIS. Razones de cada uno

Es la vida y cada persona (cada hijo, cada nieto) la lleva como puede.
Y por eso mismo, el mejor fario y karma para todos pues cada uno suele mirar y enfrentar los días y las noches desde una óptica diferente.
Y cada uno está seguro de tener razones de peso y con peso. (lv)