Mujeres políticas y están seducidas por la administración pública.
Mujeres echadoras de cartas y son brujas y astrólogas. Mujeres chef y son las mejores cocineras. Mujeres deportistas y enaltecen la vida deportiva en el país y el mundo. Mujeres guerrilleras y suelen actuar en la clandestinidad si es necesario para lograr el objetivo.

DOS. Entrega total

Sea el camino elegido en la vida y de acuerdo, digamos, con la vocación social, lo importante es la entrega total y absoluta a la causa personal, familiar y colectiva.
Y comprometerse, desde luego, a tratar de ser, estar y trascender como la mejor.
Por ejemplo, Salma Hayek siempre ha mirado lejos. Incluso, demasiado lejos. De Coatzacoalcos a la Ciudad de México.
Y luego del éxito en la telenovela “Teresa”, en Televisa, el magnate Emilio Azcárraga Jean le ofreció contrato por un par de años y lo rechazó.
Se fue a Los Angeles. Y triunfó Después, agarró a camino a Europa y casó con uno de los nueve hombres más ricos de Francia. Y vive en París en un castillo donde tiene un zoológico.
Años después, las actrices Ana de la Reguera y Adriana Fonseca han soñado con reproducir su travesía.

TRES. “Ningún lugar está lejos”

En un libro, Juan Salvador Gaviota lo dice en cuatro palabras: “Ningún lugar está lejos”.
Así, observa el viejito del barrio, la vida de cada uno es y será y sería de acuerdo con el tamaño de sus legítimos sueños, siempre, claro, posibles a tono con la capacidad, atributos, cualidades, relaciones, tesón, disciplina y fuerza de voluntad “a prueba de bomba” de todos y cada uno.

CUATRO. Camino al Gólgota

Un viejito por ahí afirmaba que el hombre, la mujer, son de acuerdo con las circunstancias.
Un dichito popular observa que “uno dispone y viene el diablo y lo descompone”, ajá.
Pero en todo caso, son los imprevistos de siempre y cuantas veces sea necesario la estrategia ha de revisarse y de ser así, cambiar el rumbo, el camino, el objetivo trazado.
El camino al Gólgota, ya se sabe, está empedrado de espinas, cardos y abrojos.

CINCO. La mujer esperanza

Por fortuna, está probado que las mujeres son más inteligentes, talentosas, bragadas y estratégicas que los hombres.
Y por añadidura, suelen llegar mucho más lejos.
Ahora, por ejemplo, y luego de sesenta presidentes de la república una mujer ejercerá el poder y gobernará el país y dada la sensibilidad femenina las grandes expectativas son muy altas.
Y ojalá.
Más en una república donde seis de cada diez personas están en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la incertidumbre, la zozobra, la inseguridad y la impunidad.

SEIS. Vivir mejor

En todos los niveles, oficios, empleos, trabajos, desempeños, la población femenina ha de luchar y luchar con inteligencia por sus legítimos derechos.
Más cuando de cada diez habitantes de la nación seis son mujeres. Y en contraparte, todavía hoy el predominio del machismo.
En ningún momento, digamos, porque se trate de una lucha a muerte entre los hombres y las mujeres.
Al revés porque desde los orígenes de la humanidad los hombres han sido (y son aún) los preferidos y los beneficiados y en detrimento de las mujeres.
Y la lucha incluye desde la llamada “Cuota de género” y en contra del hostigamiento y el acoso sexual hasta oportunidades laborales dignas. (lv)