Ricos de abolengo
**Políticos ricos
**Retrato de pudientes
ESCALERAS: El sociólogo Gabriel Careaga hizo una disección de los ricos “al pie de la letra”. Un retrato hablado serio y profundo, ampliado aquí con otras vivencias.
Por ejemplo, y entre otros, los siguientes postulados.
1) Unos son los ricos de nacimiento y abolengo. Y otros, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia, los ricos sexenales. Digamos, los políticos millonarios que suelen aparecer cada seis años luego de su paso en la administración pública.
2) Los ricos de prosapia nunca aceptan en su círculo íntimo y privada a los ricos sexenales. Podrán, claro, masticarlos, entre otras cositas, para “sacar provecho”. Pero jamás los tragan. Por más y más apapachos que pudieran darles.
PASAMANOS: 3) Los ricos de abolengo forman un grupo sólido y compacto donde ser aceptado resulta peor (y difícil) que aprobar un examen profesional en Harvard y/o en la Soborna. En su tiempo, el magnate Rafael Fuster, tenía frase privilegiada: “Anoche nos reunimos a cenar los más selectos de Costa de Oro”.
4) Entre los ricos existe una feroz competencia para tener los mejores satisfactores de la vida. Una mansión. Yate atracado en la bahía. Helicóptero o avión de varias plazas en el aeropuerto internacional. Camionetas de lujo y blindadas. Los sicarios más desalmados a sus órdenes. Incluso, las esposas alardeando de la ropa y zapatos y joyería de marca. Además, un departamento de lujo en Houston y/o Miami. Viajes de asueto al otro extremo del mundo en avión y en yate. Y la joyería más cara para lucirse entre las amiguitas.
5) Cada cumpleaños familiar entre ellos significa una feroz competencia para alardear. Incluso, con los regalos más costosos.
CORREDORES: 6) Los hijos son enviados a cursar la universidad en el extranjero. Y, claro, de preferencia en Estados Unidos y Francia. Y desde allí, suelen moverse los fines de semana y días feriados a otros territorios del planeta. Y, claro, los padres les tienen institutrices para enseñarles idiomas.
7) Incluso, hasta compran a los hijos una mansión y/o un departamento de lujo en el mejor edificio de aquellas latitudes para vivir. En vez, claro, de hospedarse en la misma universidad, como aplica la mayoría de los alumnos de educación superior.
BALCONES: 8) Los ricos de abolengo (y también los ricos sexenales) entre más tienen y poseen… más quieren. Les obsesiona adueñarse de todas las tajadas jugosas del pastel gigantesco.
9) La actriz María Félix lo aseguraba: “El dinero no es todo. Pero ¡cómo ayuda!”.
Y por eso mismo, la gente pudiente, millonaria, debido al dinero llega a sentirse superior a todos. Incluso, superiores entre ellos mismos. La regla es sencilla: “Yo, soy más rica que tú. Por tanto, más poderosa. Y yo decido si te doy mi amistad y te invito a mi círculo amical”.
10) Por eso muchos ricos suelen mirar “de arriba para abajo” a los demás. Y con menosprecio y desdén. Superiores que siempre llegan a convencerse. Incluso, racistas y xenófobos.
PASILLOS: Los expertos aseguran que en el país hay unas 250 (doscientas cincuenta) familias dueñas de más del sesenta por ciento de la producción nacional.
En tanto, y de acuerdo con la estadística, de los ocho millones 60 mil habitantes en Veracruz, seis millones están en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración a Estados Unidos.
Un millón de indígenas. Dos millones de campesinos. Tres millones de obreros. Y el resto, entre clase media y una parte mínima, clase alta.
Los ricos. Los pudientes. Los millonarios.
Nunca, entonces, ha de olvidarse la sentencia bíblica:
Pobre naces. Pobre vives. Y pobre mueres y morirás. (lv)