¡Vaya famita de Veracruz!
I (El peor Estado para migrantes)
¡Vaya famita de Veracruz en Veracruz y en el país y en América Central!
Sobre todo en Honduras, Guatemala y El Salvador, de donde proceden la mayoría de migrantes indocumentados soñando con ingresar al paraíso terrenal (ajá) de Estados Unidos para lograr un empleo digno, pagados con justicia laboral, estable y seguro.
Lo dice Miguel, el pastor cristiano, quien saliera de América Central al frente de siete mil migrantes y antier cuando llegaron a Córdoba camino a Orizaba y camino a la frontera norte, únicamente quedaban unos trescientos, digamos, porque la mayor parte prefirió otros senderos.
De acuerdo con el pastor cristiano, Veracruz, una de las peores entidades federativas de México para el cruce de los migrantes.
Uno, los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Dos, la policía estatal y municipales.
Tres, la policía migratoria.
Cuatro, los polleros.
Cinco, las bandas delincuenciales, entre otras, los Maras.
Sexenios anteriores lo dejó claro el sacerdote José Alejandro Solalinde, entonces, siempre en pie de Guerra, su otro apellido:
Veracruz es un fosario.
Era el tiempo de Javier Duarte como jefazazo del Poder Ejecutivo estatal.
Hoy, Veracruz, campeón nacional en fosas clandestinas.
Y secuestros.
Y extorsiones.
Tan es así que, por ejemplo, en el periplo religioso, social y hasta político de san Juditas Tadeo en Orizaba, miles de feligreses pidieron tres cositas y hechos prodigiosos:
Uno:
El fin de la violencia en Veracruz.
(Y en claro mensajito y derecho, derechito, a García, el góber).
Dos:
Un empleo digno.
Simple y llanamente, digno.
Y tres:
Igual que cuando Jesús anduvo en el otro extremo del mundo y le pedían sanar a los enfermos, también a Juditas Tadeo le solicitaron curar a tantos y tantos y tantos enfermos en un país alardeando tener mejor calidad de salud pública que en Dinamarca.
En tanto, para cerrar el círculo de la violencia jarocha, en Álamo, un estudiante universitario y un menor se aliaron para secuestrar al director del Telebachillerato, Diego Yasmar Barrales Sanjuan.
Ellos pedían el pago de dos millones de pesos como rescate.
Pero como la familia no pudo, entonces, lo asesinaron.
Así, antes, mucho antes, los estudiantes tenían mucho pavor a los maestros.
Ahora, con el caso de Álamo, los profesores están llenos de miedo y pánico a los alumnos, pues ya saben de lo que son capaces.
Con todo, la famita pública de Veracruz en el tiempo inmaculado y sacrosanto de la 4T.
Tanta violencia, caray, que en Villa Aldama, y en la lucha descarnizada y cruenta por adueñarse del poder político, el síndico y par de regidores se aliaron en contra de la presidenta municipal, Guadalupe Romero.
Y decidieron espiarla colocándole una cámara oculta en el despacho edilicio.
Violencia, digamos, social.
Y política.
Y moral.
II (Látigo de la Iglesia)
Lo más duro de todo (y por ahora) la caravana de migrantes en su paso por Córdoba y Orizaba.
La caravana, por ejemplo, se llama Jesucristo.
El nombre del hijo de Dios su héroe religioso para protegerse y blindarse en su camino por Veracruz, considerando el centro del infierno.
Mejor dicho, el rincón más arrinconado del infierno.
Con todo, la iglesia católica exhibiendo el puño y los bíceps.
Más, hacia el final del sexenio obradorista en el país y de García en Veracruz.
Por ejemplo:
Los feligreses pidiendo el fin de la violencia a Juditas Tadeo.
La Virgencita de Guadalupe ondeada en estandarte en una marcha en contra de la Reforma Judicial.
Y la caravana de América Central denominada “Jesucristo” y denunciando a Veracruz como una de las peores entidades federativas del país para los migrantes camino a Estados Unidos.
El trío de hechos concretos y específicos en el territorio jarocho.
Además, claro, de los comunicados en serie y en cadena y en cascada de los Obispos y la Arquidiócesis de Xalapa insistiendo en el Veracruz torrencial y huracanado a que nos ha llevado García, el góber.
Palabras mayores cuando los ministros de Dios se ocupan de la vida cotidiana tan llena de incertidumbre, zozobra, inseguridad, impunidad, desempleo, subempleo, salarios pichurrientos, migración a Estados Unidos y un frustrante desarrollo humano. (lv)