“Centenares de manifestantes”.
La prensa romana contó doscientos cincuenta mil marchistas.
En realidad eran ciento cuarenta mil, una de ellas, la misma escritora pareja del filósofo, escritor y ensayista, Jean-Paul Sartre.
Y, claro, la mayor parte de los medios defendiendo a De Gaulle.

DOS. Retrato de la prensa mundial

Digamos, igual, igualita la prensa francesa de aquel tiempo a la prensa de todos los tiempos y en el mundo.
Bastaría referir el libro del ex director de la revista Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda:
“Prensa vendida. Los periodistas y los políticos. 40 años de relaciones”.
Y, claro, la historia registrada de norte a sur y de este a oeste de la república.
Por lo general, en cada sexenio federal y estatal unos periodistas y dueños de medios “en los cuernos de la luna”. Y otros, satanizados y condenados por insumisos y desobedientes al orden político, económico y social establecido.
Lo preguntaba el presidente de Estados Unidos, el actor Ronald Reagan, a los reporteros de la fuente: “¿Estás conmigo o estás contra mí?”.

TRES. El caso Watergate

Por demás está recordar el caso Watergate en Estados Unidos sobre el espionaje del Partido Republicano de Richard Nixon al Partido Demócrata.
Luego de descubrirse y seguirse el caso en tribunales, dos mil reporteros fueron asignados para cronicar el día con día.
Y hacia el final, unos cuantos, pocos, limitados, periodistas seguían el asunto, entre ellos, The Washington Post, donde la dueña del periódico se mantuvo hasta el final (la renuncia de Nixon a la Casa Blanca) a pesar de estar amenazada y tener a los accionistas en contra.

CUATRO. Prensa y políticos aliados

La prensa en México, por ejemplo, empezó a dar vergüenza desde los orígenes.
Por lo general, siempre ligada a las tribus políticas en turno como un instrumento económico seguro para financiarse con la publicidad y los acuerdos en corto y en privado entre los jefes políticos y los propietarios de la prensa escrita.
Además, indicativo y significativo, toda la vida ha sido igual, igualita.
Tanto en gobiernos de derecha y del centro como de izquierda.
Y de ñapa, siempre, altos privilegios para los trabajadores de la información más dóciles y sumisos y omisos y hasta occisos.

CINCO. Desplazada la prensa convencional

Así fue como llegaron el Internet y las redes sociales, los correos electrónicos, los WhatsApp, los Tik Ton y los Reel y la prensa convencional, incluso, radiofónica y televisiva, están desplazadas.
Tanto que, por ejemplo, la mayor parte y de la prensa fuerte y vigorosa en materia económica que fuera derivando al Internet.
Los políticos, ocupados y preocupados por una mención de cuarenta palabras en las redes sociales que por una cita generosa en una columna periodística porque la mitad del mundo y la otra mitad anda con el celular (o varios) en la mano día y noche y hasta para bañarse.

SEIS. Huracanes sembrados

Y ni hablar, la prensa escrita (y también hablada) está cosechando (y desde hace rato) las tempestades y los huracanes sembrados en tantos sexenios como aliados de las tribus gobernantes en turno.
Años anteriores, Latinobarómetro publicó una encuesta donde demostraba que la confianza ciudadana en los políticos, la policía y la prensa estaban en el sótano, mejor dicho, en el rincón más arrinconado del infierno.
Y por ahora, quizá, quizá, quizá, únicamente los expertos en Informática podrían aventurar el destino final de la prensa escrita. (lv)