Sacerdotes vs políticos
I (La Virgencita de Guadalupe y la Reforma Judicial)
En la Arquidiócesis de Xalapa, el santito Judas de Tadeo caminando entre algunos de los caminos del obispo Rafael Guízar y Valencia en el siglo pasado.
Y animando y reanimando la esperanza celestial para combatir con hechos económicos y sociales la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración de Veracruz a Estados Unidos, campeones nacionales que somos de acuerdo con el INGEI.
Y, claro, soñando con un Estado jarocho sin sobresaltos en el día y la noche.
Y en Orizaba, gran marcha regional en contra de la Reforma Judicial del obradorismo, aprobada ya en la Cámara de Diputados y cocinándose en la Cámara de Senadores.
Pero en la marcha en la zona de Orizaba rebasó a todas en el resto de Veracruz y hasta del país.
El presbítero de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Ixhuatlancillo acudió con los feligreses al llamado contestatario para evitar que los jueces y magistrados sean elegidos en las urnas.
Y en ningún momento fueron solos.
El sacerdote llevó un estandarte de la Virgen de Guadalupe (al fin, mes patrio, caray) y la Morenita del Tepeyac desfiló en la protesta social.
Digamos, la Virgencita de Ixhuatlancillo contra la Reforma Judicial y la Virgencita del partido MORENA a favor.
A tono, por ejemplo, con la insólita fractura familiar entre padres, hijos, hermanos, tíos, primos, compadres y vecinos a favor y en contra de AMLO y que así decidió ejercer el poder y gobernar.
Todavía el fin de semana, los hijos de un matrimonio jarocho “se agarraron del chongo” y rompieron la fraternidad escindidos por la pasión obradorista.
Se ignora si la Virgencita desfilando y coreando en la marcha contra la Reforma Judicial pudiera hacer el gran milagro.
Pero nada tan indicativo para significar hasta dónde hemos llegado con el presidente de la república de izquierda en el siglo XXI.
Belicoso que ha sido desde sus orígenes sembrando los resentimientos y los odios en contra de los enemigos, adversarios, opositores y críticos.
Y de paso, crear y recrear sus famosos “Siervos de la Nación”, creyéndose el José María Morelos del nuevo siglo.
Lo decía Napoleón Bonaparte:
“Con otro como Morelos… conquistaría el mundo”.
San Judas de Tadeo, animando y reanimando la vida de los millones de precaristas en Veracruz.
Y la Virgencita de Guadalupe al lado de los contrarios a la Reforma Judicial.
La iglesia católica y apostólica como “torero en tarde de luces”.
II (366 santitos en la iglesia)
La iglesia católica tiene un santoral de unos 366 (trescientos sesenta y seis) santitos milagrosos. Uno por cada día del año.
Pero en estas horas bien pudo considerar que su mejor guerrillero en Veracruz son Juditas Tadeo para confrontar a la 4T de García.
Y a la Virgencita de Guadalupe para derrocar la Reforma Judicial, pendiente federal.
Claro, bien pudieron los Ministros de Dios en el Estado jarocho elegir a Jesús cuando tenía doce años de edad y tomó un látigo en casa de su padre, José, y se fue a la iglesia para agarrar a latigazo limpio y en la espalda a los fenicios y comerciantes quienes tenían convertido el templo en un tianguis popular y en donde imperaba el regateo y los gritos y los insultos.
Más considerando que la iglesia, los sacerdotes, los obispos, los santitos, integran la más sólida y ferviente esperanza de los feligreses para soñar y soñar con bases firmes en una calidad de vida mejor que en Dinamarca.
Además, Dios estará demasiado ocupado en la guerra de Israel y la Franja de Gaza y de Rusia con Ucrania y en donde están bombardeando las escuelas, las guarderías infantiles, las iglesias y los hospitales donde se refugian niñas y ancianos y mujeres.
Pero, bueno, ya se verá si Juditas Tadeo y la Morenita del Tepeyac surten efecto en las tareas superiores de lucha social y política asignada. (lv)