Incluso, a San Judas Tadeo le llaman “el santo de las causas perdidas e imposibles” y que, bueno, así como está Veracruz y el país se trata de un número incalculable de causas, por un lado, perdidas, y por el otro, caray, “imposibles”.
Es decir, el término y concepto imposible, aniquilando en el centro del ring social la esperanza con todo y que algunos sicólogos aseguran que resulta mucho mejor vivir sin esperanzas porque el desencanto y la frustración suelen causar las peores sombras de la vida.

DOS. Soñar con la utopía

Los feligreses se expresaron con intensidad volcánica.
“Causas perdidas e imposibles” y entre otras, y en el territorio jarocho, las siguientes:
Una, vivir sin sobresaltos y sin el temor y el miedo a un secuestro (y en la propia casa) y a una desaparición. Un asalto. Un robo. Un crimen.
Dos, el legítimo derecho a tener un empleo digno, estable, pagado con justicia laboral (simplemente con justicia laboral) y con las prestaciones económicas, médicas y sociales de ley.

TRES. “Crecer cada día”

Tres, oportunidades educativas para que los hijos puedan iniciar y continuar carrera universitaria.
Cuatro, el legítimo derecho a la salud pública y quizá, quizá, quizá (ajá) mejor que en Dinamarca, el país ideal y soñado en la materia.
Cinco, la procuración de una justicia rápida y expedita y, claro, justa, justa, justa.
Y seis, la posibilidad del desarrollo humano para “crecer cada día”.

CUATRO. Dios, ocupado en la franja de Gaza

Se trata de una chamba excesiva, dura y ruda para san Judas de Tadeo.
Más, porque, por ejemplo, el Ser Superior, Dios, Yahvé, está muy ocupado con la guerra de Israel y Hamas en la franja de Gaza y la guerra de Rusia contra Ucrania.
Y más, ante el fracaso manifiesto de la ONU, Organización de las Naciones Unidas, con todo y la gran propuesta de AMLO, el presidente, para resolver la guerra en aquellas latitudes geográficas del mundo y que, además, tuvieran el apoyo total y absoluta de García, el góber jaranero de Veracruz.

CINCO. Santito abrumado

San Judas Tadeo habrá quedado abrumado y estará. Incluso, ofuscado, sin saber el siguiente paso para resolver la agenda agotadora.
Simplemente, “le cargaron la mano” y los ministros de Dios “se pasaron de tueste”.
Nadie, claro, duda de su gran capacidad milagrosa, pero, caray, el calendario Galván está lleno de un santo por cada uno de los 366 (trescientos sesenta y seis) días del año y “mucha tela de dónde cortar”.
Pero, bueno, quizá san Judas Tadeo (el Judas Iscariote está en el infierno) está considerado milagroso por excelencia.

SEIS. Mucho hace falta san Juditas

De aquí pa’lante y luego de 78 (setenta y ocho) gobernadores, la feligresía católica necesitara mucho más a san Juditas.
Bastaría recordar el siguiente datito:
De los ocho millones de habitantes de Veracruz (y un cachito más), seis millones viven en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Y en Estado Jarocho, campeón nacional en migración.
Y, bueno, ya, ya, ya es tiempo justo de que el destino social vaya adquiriendo otra dimensión económica, social, educativa, de salud, seguridad y justicia.
Y es que jefes y tribus políticas del Poder Ejecutivo estatal llegan y se van y Veracruz sigue en el rincón más arrinconado del infierno.
Y por ningún concepto se vale. (lv)