Y al lado de su amigo y jefe, Ricardo Monreal Ávila, quien del Senado brincó a la Cámara Baja.
Y, dos, Sergio Gutiérrez Luna, quien repite como diputado federal, y ahora como el primer vicepresidente de la Cámara, y auxiliando en tareas básicas a la presidenta del Congreso, la economista Ifigenia Martínez.
Sin duda, el respaldo de Adán Augusto López Hernández, el secretario de Gobernación de AMLO, el presidente, y que derrotado en la justa interna del Dedazo para Claudia Sheinbaum ahora senador de la República y jefe máximo.
En momento estelar, el góber Cuitláhuac G. J. encarceló a Del Río Virgen y varios meses después fue liberado por el cabildeo de Ricardo Monreal.
En tanto, Sergio Gutiérrez también fue denostado por Cuitláhuac favoreciendo a la gobernadora electa en la contienda interna y externa para la sucesión.
Ambos han trascendido, entre otros, al góber salsero.
Y el año 2030 los espera, digamos, en igualdad de circunstancias que el panista Miguel Ángel Yunes Márquez y quien en el lado opositor a los Morenos parece llevar, por ahora, la delantera.
Nunca pudo Cuitláhuac y anexos y conexos noquear en el palenque público a los dos.
Y ahora, con más experiencias y vivencias empujando la carreta en el sexenio federal por empezar.
Incluso, tanto Del Río Virgen y Gutiérrez Luna, en mejores posiciones que Zenyazen Escobar, el secretario de Educación del góber jaranero, nombrado coordinador de la bancada de diputados federales de Veracruz.
Todos, como gallitos de pelea soñando con la utopía sexenal.
Del Río Virgen, soñando del lado del Movimiento Ciudadano de Dante Alfonso Delgado Rannauro, y Gutiérrez Luna, desde MORENA.

II (Caballitos de Troya)

Del Río Virgen con Monreal y Gutiérrez Luna con Adán Augusto López, sus caballitos de Troya para ganar el 2030.
En el camino, muchas cositas sucederán. Entre otros hechos, que el cuarteto, por ejemplo, llegue vivos y sanos, con mucha bilirrubina como motor principal, a la gran disputa partidista por la nominación.
En el caso de MORENA, la presidenta de la república y la gobernadora en la toma de las decisiones superiores alrededor de Gutiérrez Luna, cuando la caballa bien pudiera engordar con otros aspirantes y suspirantes.
Y en el caso de Del Río Virgen, posicionarse mucho más en las neuronas y el corazón y hasta el hígado de Dante Alfonso Delgado Rannauro, y quien, bueno, este año eligió a un tal Hipólito Deschamps, sencillamente una vacilada.
Digamos, quizá, solo para hacer el juego a los Morenacos.
Del Río y Gutiérrez irán definiendo en el camino el destino superior hacia donde quisieran aterrizar.
Y, claro, la estrategia para afianzarse.
Incluso, y más allá de Monreal y Dante.
2030 parece lejos, demasiado lejos. Y al mismo tiempo, cerca, muy cerca, porque los años “se van como agua” dice el filósofo aldeano y pueblerino. (lv)