Industria del halago
**Industria del espionaje
**Trampas a “bocones”
EMBARCADERO: Hay chambas, empleos, trabajos, oficios, donde las personas son contratadas como, y entre otras actividades, para ser floreros... Y estar únicamente para ocupar un espacio en la oficina, el taller y el surco... En todo caso, adornar el paisaje... Incluso, caray, hasta “echando ojo” como si fueran espías y vigilaran a los demás... Pero de igual modo, para tirar incienso a los jefes como parte de la gran industria del halago
Y la vanidad… Y de plano, para espiar a los compañeros, sobre todo, a los inconformes y contestatarios…
ROMPEOLAS: También hay quienes son contratados para hablar mal del jefe delante de otros pero con el único objetivo de sopear y calibrar la lealtad institucional al patroncito… Y en todo caso, para tender trampa a los “bocones”… Otros se ocupan, por ejemplo, de tener siempre dispuestas a un montón de daifas para el placer del jefe y los amigos… Incluso, y dada la liberación sexual, hasta una listita de efebos como solían los emperadores romanos… Y, claro, pistoleros y sicarios a las órdenes, cierto, como medida de seguridad, pero de igual modo, para ajustar cuentas con los enemigos, adversarios y opositores reincidentes…
ARRECIFES: Famosa la historia de aquel César que contrató a un amigo para decirle al oído que estaba perdiendo el piso y recordarle que era un ser humano desempeñando un cargo público efímero… Los jefes máximos también suelen tener un segundo y tercer frente como parte del encanto del poder… Y en algunos casos, cuando les toca una mujer manipuladora, entonces, hasta un puesto público exigen y son beneficiadas… Vaya, también hay jefes con un cirujano plástico preferido para ser maquillados en el quirófano en el mayor número de partes del cuerpo… Incluso, hasta para operar sus pompis y hacerlas voluminosas…
ESCOLLERAS: Unos jefazos nombran en puestos claves como, por ejemplo, la secretaría de Finanzas y Planeación y/o tesorería municipal y en la secretaría de Infraestructura y/o dirección de Obra Pública, más que a los amigos, a socios y cómplices “para hacer y deshacer” a su antojo con el erario… Conscientes las partes de que serán beneficiados con el reparto de los bienes y los dones… Hay amigos de los poderosos convertidos en bufones y su tarea prioritaria está en contarles chistes blancos y colorados para sobrellevar “la carga pesada del poder”…
PLAZOLETA: En el ejercicio del poder empresarial y político, una cosita y hecho son los amigos… Y otra mil, dos mil, tres mil años luz de distancia, los socios y cómplices… Y cada uno suele ocupar un peldaño y un espacio… Desde luego, y a primera vista, la gente de “mayor confianza” de un jefe son la secretaria particular, el chofer, el jefe de escoltas y el velador en casa… Pero, bueno, siempre ha de recordarse a Judas con Jesús, a Victoriano Huerta con Francisco I. Madero, Augusto Pinochet con Salvador Allende y a José Stalin con León Trotsky…
PALMERAS: Un riesgo de los jefes es que si hacen mil favores a un amigo en el ejercicio del poder y por equis razón no pueden con el favor mil uno, entonces, les guardan rencor y odio y hasta los traicionan… Por eso, los teóricos y expertos aseguran que el atributo número uno de un jefe es la desconfianza… Desconfiar, incluso, hasta de la propia sombra… Lo dice el catálogo del jefe vendido en el mercado popular… “El jefe es el jefe aún estando en pelotas”… Y “si el jefe se equivoca, no importa, pues vuelve a mandar”… (lv)