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Expediente 2024
Lunes 02 septiembre, 2024

El autócrata

I (Herencia política y social de AMLO)

El 30 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador habrá llegado al último día, las últimas horas, del sexenio. Se irá el primer jefe del Poder Ejecutivo federal de la izquierda en el siglo XXI. Y dejará, entre otros hechos concretos y específicos, el legado histórico de un recrudecido autoritarismo.

Del líder social y moral de indígenas y campesinos en el segundo tramo del siglo anterior encabezando protestas en contra de PEMEX al presidente que en nombre de la izquierda tantas expectativas despertó por aquello de los derechos humanos como prioridad.
La autocracia de AMLO, a tono, digamos, con el mejor Plutarco Elías Calles, el creador del partido abuelito del PRI, el Partido Nacional Revolucionario, y que impusiera a cuatro sucesores.
Emilio Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez, Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas del Río.
Y en los cuatro casos, imponiendo a los suyos en el gabinete legal y ampliado.
Durante dos años, Lázaro Cárdenas “aguantó vara” con el gabinete impuesto por Calles.
Pero llegó momento estelar cuando Cárdenas decidió sacudirse la influencia y lo exilió a Los Angeles.
Al día siguiente pidió la renuncia a los gabinetes legal y ampliado y en donde predominaban callistas.
Y nombró a puro cardenista.
Al día siguiente, los legisladores federales callistas se volvieron cardenistas.
Y al día siguiente, los gobernadores callistas del país se transfiguraron en cardenistas.
Y al día siguientes, los comandantes militares de las regiones del país callistas también mudaron a cardenistas.
Y el país quedó pacificado, con todo y que en Los Angeles, Calles consultaba los médiums en sesiones espiritistas y quienes le aconsejaban volver a México para recuperar el poder autoritario.
La fama pública de que AMLO ha impuesto a la sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo, a un número insólito de obradoristas.
Por ejemplo, y entre otros, los secretarios de Gobernación, Hacienda y Crédito Público y Educación Pública.
El penúltimo ramalazo, las reformas al Poder Judicial para crear y recrear un Poder Judicial a modo.
Y con la mitad del país y la otra mitad… en contra, llenando de protestas, corajes sociales e indignación crónica las calles y avenidas en las ciudades urbanas.
AMLO, rebasando por la izquierda, el centro y la derecha, a todos y cada uno de sus antecesores.
De hecho y derecho, como afirmaba el dictador Porfirio Díaz Mori, “el presidente da y quita”.
El gran cambio político, social, moral y sicológico de López Obrador, ocupando la silla embrujada del palacio como le llamara Eufemio Zapata, el hermano menor del Caudillo del Sur, Emiliano.
Y embrujada porque a todos los gobernantes, sin excepción, suele marear, enloquecer y hace levitar.
Muchos siglos antes, en Roma, lo dijo Calígula, el emperador: “Hay días cuando me siento dios”.
El dios terrenal de la llamada (ajá) “república amorosa y humanística”.
Tan humanística que el país quedará con más de ciento veinte mil personas desaparecidas.
Además, veinte mil mujeres asesinadas de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Y de las cuales, 5 mil 227 (doscientas veintisiete) feminicidios.
Por cierto, Veracruz, campeón nacional en feminicidios.

II (Hecha talco la concordia familiar)

En la vorágine autoritaria, y a tono con su belicosidad, el presidente de la república ha arrastrado la concordia familiar.
Hermanos contra hermanos. Padres contra padres. Tíos y primos contra tíos y primos. Amigos contra amigos. Vecinos contra vecinos.
Unos, a favor de AMLO. Y otros, en contra.
Reuniones familiares terminadas en zipizape. Y los parientes jurándose nunca más volver a cruzar palabra.
El fanatismo, entre otros hechos, de los llamados “Siervos de la Nación”.
Jamás en otros sexenios.
Una sociedad dispersa que antes se conservada unida y empalmada para “sacar al buey (económico y social) de la barranca”.
La vida cotidiana, casi casi un campo de batalla.
En vigencia, la famosa frase memorable y citable de Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos:
“¿Estás conmigo o estás contra mí?”.
Y si estás contra mí… eres mi enemigo, mi adversario, mi oponente, mi “emisario del pasado” como solía exclamar Luis Echeverría Álvarez.
Tiempo aquel cuando par de escritores (Carlos Fuentes Macías y Fernando Benítez) definieron el mundo del siguiente modo: “Echeverría o el fascismo”.
Es AMLO o el regreso turbulento del pasado priista y panista.
El saldo moral y social de un sexenio donde la mitad de la población y la otra mitad soñó con la grandeza en el desarrollo humano y ha terminado guardándose resentimientos y odios.
“Vamos a Tabasco que Tabasco es un edén”.
Ta’gueno. (lv)


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