Segundo, Jalisco.
Tercero, Estado de México.
Cuarto, Guanajuato.
Y quinto, Veracruz.
Lo dice el Alto Comisionado de la ONU, Organización de las Naciones Unidas, Alan García, y a quien antes, mucho antes, otro García, Cuitláhuac, acusara de entrometerse en la vida interna (ajajá) del Estado jarocho.
En tanto, otras preseas glorifican a las tribus guinda y marrón en el poder sexenal.
Veracruz, campeón nacional en feminicidios.
Secuestros.
Extorsiones.
Y fosas clandestinas, el cementerio particular de los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malandros y malosos y anexos y conexos, pues también existen narco/políticos y narco/policías.
Y, caray, con frecuencia, narco/gobernadores.
De acuerdo con los Colectivos (33 en Veracruz, integrados con madres y padres con hijos y parientes plagiados y desaparecidos), en la entidad jarocha más de siete mil desaparecidos y a quienes de seguro tendrán identificados por nombres, lugares y fechas de la desaparición.
De hecho y derecho, el saldo de un gobierno sexenal.
El saldo de la izquierda y que en el mundo ondea la bandera de los derechos humanos.
Aquellos “cortándose las venas” de que “no somos iguales”.
En tanto, en la ciudad jarocha (la sede de las fosas de “Colinas de Santa Fe”, las primeras en trascender), los Colectivos levantarán un Memorial para Desaparecidos.
Será en el parque Ciriaco Vázquez según avisito parroquial del Colectivo “Unidos por la Paz, la Defensa de las Personas y los Derechos Humanos”.
El próximo viernes.
Y de paso, una marcha de los familiares de las víctimas en la avenida Independencia para dejar testimonio del gravísimo pendiente social y visibilizar más, mucho más, un infierno llamado Veracruz donde el secuestro, la desaparición, el asesinato y el entierro en fosas expresa el más terrible y espantoso dolor y sufrimiento.
Y en una cosita esotérica llamada “Estado de Derecho” cuya mística es garantizar la seguridad en la vida.
Con todo y que José Alfredo Jiménez cantaba que “la vida no vale nada” refugiándose “en el rincón de una cantina”.
Lo resumió la señora Aracaly Salgado, del Colectivo de Orizaba, cuando fue asaltada en la autopista de Orizaba a Puebla: “Estoy triste y decepcionada”.
Triste porque “la ola de violencia es imparable”.
Y más cuando viera que los sicarios encañonaban a su hija, a una nuera, a dos nietos y a ella misma.
Y decepcionada del sexenio de MORENA como antes, mucho antes decepcionada de Javier Duarte, tiempo cuando su hija Fernanda Rubí, de veinte años de edad, fue secuestrada y desaparecida el 7 de septiembre del año 2012 en una discoteca de Orizaba.

II (Mister Poncio Pilatos)

El héroe bíblico del señor don Cuitláhuac G. J. es Poncio Pilatos.
Desde el principio del sexenio guinda a la fecha “lavándose las manos” por el tiradero de cadáveres, femicidios, secuestros, extorsiones, fosas clandestinas y ahora, desaparecidos.
Nunca se ha disculpado ni menos pedido perdón por la intensa y volcánica violencia en los cuatro puntos cardinales.
Siempre buscando culpables, incluso, hasta en las mismas víctimas.
Y de paso, inculpando a los medios “de presentar cosas inexistentes”.
Pero el góber, sin ninguna pizca de humildad y modestia para reconocer y aceptar las grandes limitaciones d su incapacidad manifiesta.
Es más, hasta defendiendo a los suyos cuando en el palenque público han sido exhibidos por su principio de Peter.
Siempre, y como una constante, apretando la Magnum en contra de la población civil temeraria cuando ha evidenciado su estilo personal de ejercer el poder y gobernar.
Y cuando los hechos y circunstancias lo acorralan, entonces, ofertando esperanzas baratas y ramplonas de que pronto, pronto, pronto, caerán los asesinos.
Que ya están identificados.
Que tienen retrato hablado.
Que les siguen las pistas y de cerca.
Que están rodeados por la policía.
De seguro, AMLO, el presidente, nunca profundizó en su identidad.
Tampoco calibraría su vocación social para servir a los demás con dignidad.
Y por alguna razón lo mantuvo en el poder considerando como afirmaba Porfirio Díaz Mori que “el presidente da y quita”.
Por eso, Veracruz escalando a otro premio Nobel.
Quinto lugar nacional en desaparecidos. (lv)