Cada día, un muerto
**Dolor y sufrimiento
**13 años clamando justicia
UNO. Cada día un muerto
Todos los días y noches un muerto o más en Veracruz.
Dolor y sufrimiento. Familias enlutadas. Niños huérfanos. Parejas viudas. Padres ancianos que dependen de los hijos dejados a la deriva.
Saña. Barbarie. Alevosía. Ventaja y premeditación.
Luis Velázquez
Un Veracruz salvaje. Como en el viejo oeste. Como en la década de 1940 en Veracruz cuando cuarenta mil agraristas fueron asesinados por la banda de “La mano negra” con el cacique, latifundista y asesino, Manuel Parra, defendiera a los hacendados.
DOS. Profesor ahorcado
Por ejemplo, el viernes nueve de agosto del año que camina, el caso del profesor de Telebachilerato, Diego Yasmar Barrales San Juan, de cuarenta años de edad.
A, secuestrado. B, desaparecido. C, ahorcado.
D, manatiado. E, esposado con las manos hacia atrás. F, una cinta industrial gris en el cuello.
G, el cadáver, flotando en el río Pantepec, a la altura del poblado Las Flores, en Álamo Temapache. Y, H, el cadáver en elevado grado de descomposición (Notiver).
El profe desapareció el 6 de agosto cuando salía de su vivienda en una camioneta Durango.
La camioneta fue abandonada sobre la carretera federal.
TRES. Vivir con miedo
Mucha, demasiada, excesiva saña en su asesinato.
Al momento, ningún reporte oficial.
Tampoco una demanda de justicia del gremio magisterial.
Por eso, y entre otras razones de peso y con peso, en Veracruz y de norte a sur y de este a oeste, se vive con miedo. “Y miedo al miedo”.
Terror. Pánico. Horror.
Una sicosis fuera de serie que despedaza la imaginación y la liga a los peores momentos en la vida de un pueblo.
Más, mucho más, cuando la víctima es victimizada y hasta culpada de su propio asesinato.
CUATRO. 13 años clamando justicia
Bastaría recordar que el tsunami de violencia con personas secuestradas y desaparecidas, torturadas, ultrajadas sin son mujeres, asesinadas y enterradas en fosas clandestinas, ha originado la formación de 33 (treinta y tres) Colectivos.
Y Colectivos con madres y padres con hijos y parientes plagiados.
Un número sin precedente en la historia local desde cuando en el sexenio de Javier Duarte empezaron a formarse.
Madres y padres clamando justicia por las desapariciones de sus hijos desde el año 2011.
Es decir, hace trece años.
Trece años de impunidad.
Y el corazón de tantas familias en la más dura y ruda de la angustia y la irritación social.
CINCO. ¡Qué difícil vivir en Veracruz!
Simplemente, da miedo y pavor que de pronto, por ahí, un día, una noche, una madrugada, los malandros lleguen a casa y con violencia y hasta tumbando puertas y ventanas se lleven a un familiar y lo desaparezcan.
Y hasta lo maten, como el caso del par de ancianas, madre e hija, a quienes los malosos asesinaron en su casa en la ciudad jarocha únicamente para el robo.
Madre e hija quienes vivían solas.
Y a la fecha, ningún detenido.
SEIS. Un sexenio en el infierno
El gobernador y los suyos ya se van. Para fortuna de todos, el sexenio está expirando. Y se va con el peor descrédito social en la historia.
Más, mucho más, porque con todo alentó demasiadas expectativas ondeando la bandera de la izquierda, aquella de los derechos humanos en el mundo.
Ha sido un sexenio en el infierno.
Y lo peor, la indiferencia, el menosprecio, el desdén y el desprecio de la tribu guinda y marrón ante la desgracia colectiva en materia de seguridad y procuración de justicia.
Y de ñapa, en la frivolidad total y absoluta.
Así lo quiso AMLO, el presidente, el gran elector.