Veracruz es una fiesta
I (Ni los talones miran a la SECTUR)
Con las comilitonas, bailongos y fiestas populares en Veracruz, la secretaría de Turismo (SECTUR) sigue opacando al resto de la administración pública.
Ni siquiera, vaya, “los talones le miran”.
Tampoco la huella, el rastro, la trascendencia.
En las últimas semanas, por ejemplo, el camarón más pesado del mundo en Úrsulo Galván: 25 kilazos.
Luis Velázquez
En Xalapa, un pambazo por el danzón más encendido del planeta musical.
En la Franja Costa Esmeralda, el festival de música a tono con el Festival de Salsa en Boca del Río y hasta el festival Tajín.
En Córdoba, la delicia con la flor de izote, honrando “la noche tibia y callada” de Agustín Lara.
El Soledad de Doblado, pachangón con las garnachas, compitiendo, quizá, quizá, quizá, con Rinconada.
El torito más grande (delicioso y barato) del Golfo de México en Boca del Río.
En Boca del Río, el filete más gigantesco de los cinco continentes con más de doscientas naciones.
En el penúltimo y último año del sexenio de la llamada Cuarta Transformación, la SECTUR (digamos) ha deseado “ponerse las pilas” soñando con la ratificación sexenal para el período 2024/2030.
Y por eso mismo, el activismo fuera de serie.
Indicativo y significativo:
Pareciera estarse dando un tsunami de los doscientos doce presidentes municipales para, primero, entrar al operativo, y segundo, el espaldarazo al titular de la SECTUR.
La SECTUR se mueve y por añadidura, mueve y zangolotea a los alcaldes.
Veracruz es una fiesta, como en 1921 acuñara la frase el Nobel de Literatura y Premio Pulitzer, Ernest Hemingway, con sus crónicas en el libro “París era una fiesta”.
Lástima que el tiempo se ha ido para, y entre otras cositas y hechos, resucitar el “Salón Villa del Mar” con el festival de salsa y que, por cierto, está incluido en un filme cinematográfico de Agustín Lara y en donde él mismo actúa.
Y de paso, resucitar el “Salón Azul” y que fue el palacio de la salsa con un montón de trabajadoras domésticas los sábados en la noche para vivir con intensidad volcánica el amanecer dominical.
Pero por lo pronto, ¡vaya consuelo!, festival de danzón en el zócalo jarocho los días jueves y sábado.
Y en Xalapa, otro festival de danzón y salsa.
Veracruz vive (y con todo y la geografía ensangrentada) gracias a la SECTUR.
Nada para olvidar los secuestros, desapariciones, feminicidios y fosas clandestinas como el bailongo y las comilitonas.
En Jamapa, por cierto, hay un restaurante de picadas y gordas y antojitos regionales a la orilla del río.
Y los fines de semana se preparan para ofrecer bailongo a la clientela.
Primero, mover la quijada. Y después, mover “el bote” como si una visita al paraíso terrenal.
Más, cuando está probado y comprobado que el peso turístico es el más justo y equitativo de todos pues se reparte entre inmensa mayoría poblacional.
Desde “el viene viene” hasta los tendajones en el mercado popular y las cantinas olorosas a orines y los hoteles sin aire acondicionado.
En todo caso, la vocación turística de Veracruz aposentada en el turismo popular.
El turismo de jícama, horchata, tacos, gordas y picadas y cafecito de olla y refresco de cola.
Y, desde luego, el gran hotel de “Camarena”.
La arena de las playas del Golfo de México como hotel de cinco estrellas.
Y si alguien por ahí sueña con jalar turismo a Veracruz como en Acapulco en el siglo anterior con John F. Kennedy y Jacqueline y Elizabeth Taylor y Ricard Burton y Elvis Presley y Tarzán significa que habita en algún planeta del sistema solar.
Fuera de la realidad real.
Cada pueblo con sus atributos naturales y ni modo “de pedir peras al olmo”.
II (Peor utopía)
Claro, el mal fario domina y predomina en Veracruz.
Y mientras continúe la violencia con los feminicidios, asesinatos, asaltos en carretera y asaltos en plazas comerciales, secuestros, extorsiones, desaparecidos, fosas clandestinas e impunidad, jalar turismo del país a Veracruz significa la peor utopía de la vida.
Y como el tsunami descarrilado de sangre se ha vuelto inacabable, entonces, una posibilidad es, sería, será promover el turismo interior.
En cada municipio.
En cada región.
Incluso, entre municipios.
Paquetes turísticos de hoteleros y restaurantes bajo la asesoría y orientación de la SECTUR para, por ejemplo, los fines de semana.
Por ejemplo: Los vecinos de Huayacocotla y Chicontepec al Salto de Eyipantla y a los brujos en Los Tuxtlas.
Los vecinos de Los Tuxtlas, a Papantla, digamos, para mirar y admirar a “Los voladores” y a los templos mayores del Tajín.
Así, en una fiesta fin/semanera.
Verdad universal:
Si hay violencia, el despegue turístico se dificulta.