Vida dura con el Internet
**Con el cel en la mano
**Hasta para ir al baño
ESCALERAS: Desde que el Internet se adueñó de la mitad del mundo y de la otra mitad, incluidos los niños, la vida se ha vuelto más dura y ruda y compleja.
Insólita.
Por ejemplo: desde que “Dios amanece hasta que anoche”, un grupo de señoras viven con el celular en la mano.
Incluso, hasta cuando van al baño y/o se bañan lo colocan a un lado.
Luis Velázquez
Alcanzable y accesible, suficiente para escuchar si les cae un avisito parroquia, un correíto, un WhatsApp.
Más inverosímil: Todas ellas, sin excepción, creen, están seguras, ciertas, convencidas de que la palabra del Internet es sagrada y cien por ciento confiable.
El Internet ya rebasando por la izquierda, el centro y la derecha a la Biblia con aquello de que “Yo soy la verdad”.
PASAMANOS: Basta y sobra un tuitazo por ahí suscrito por un fantasma para que los ciudadanos de a pie y motorizados lo bendigan como un hecho real, concreto y específico.
Infalible.
La semana anterior un reality-show la boda de Cristhian Nodal con Ángela Aguilar.
Entonces, el tuitazo llegó de pronto:
“¡Pobrecita de Ángela Aguilar! ¡Cristhian Nodal es muy inestable!”.
Se basaron en que antes Christian embarazó a la artista Cazzú. Y antes, romancito con Belinda. Y antes, un hijo con una noviecita en el pueblo.
CORREDORES: Tanta fuerza cósmica ha despertado el celular con el Internet que, por ejemplo, los domingos en las mañanas, las señoras se sientan en el comedor con un cafecito de olla a escuchar misa de cuerpo presente.
Y en el Internet, el curita reza, ellas también. Y si cantan, de igual manera. Y si se arrodillan, de igual modo. Y si escuchan el Sermón, la vida se paraliza.
Ocasiones dominicales cuando suelen escuchar dos y tres misas.
BALCONES: Una señora, por ejemplo, es muy competente para los saluditos matutinos todos los días.
Pero el saludito incluye, primero, la frase religiosa del día.
Luego, unas oraciones.
Después, el Sermón de la Montaña del día.
Y de despedida, consejos religiosos para respetar y con hechos los diez mandamientos de la Ley de Dios.
Es más, unas y otras las señoras se cuentan historias de las prácticas sexuales.
Y por decreto de ellas se ocupan de las prohibiciones que la iglesia, dicen, prohíbe en el tálamo matrimonial.
Prohibidas, por ejemplo, las poses del Kamasutra, anexas y conexas.
Y de inmediato, se vigilan entre ellas para cumplir “al pie de la letra” con su verdad universal.
PASILLOS: Una locura total y absoluta.
Hay señoras que de plano se compraron dos o tres celulares. Y siempre los cargan en todo y para todo en una bolsita especial.
Y los consultan. Y los utilizan para conversar y echar tijera.
Y, claro, suelen enloquecer cuando los dos y tres celulares repiquetean al mismo tiempo, como si de ellas dependiera el ultimátum para acabar con la guerra de Israel a la Franja de Gaza y de Rusia a Ucrania.
VENTANAS: Y ni modo, es el tiempo del Internet y tan sólo pedir a la señora deje de viajar en la nave espacial de los tuitazos y guasapazos orilla a la tercera guerra mundial.
Es más, se han dado peleas estelares en el ring casero cuando de pronto la señora desea que a fuerza su pareja mire y escuche el último mensajito enviado por el bejuco tecnológico.
¡Ay, si de pronto por ahí llega el avisito parroquial de una amiga notificando que acaban de ver al marido en tal restaurante bien acompañadito…!
Y de ñapa, claro, la foto furtiva donde el esposito acerca la cuchara con comidita a “la otra”…