La cara de la migración a Estados Unidos, incluso, en el primer lugar nacional de acuerdo con el INEGI. La cara de la miseria.
La cara de la violencia. La cara de los secuestros. La cara de las desapariciones. La cara de los feminicidios. La cara de los crímenes. La cara de las fosas clandestinas.

DOS. La cara del analfabetismo

La cara del peor sistema de salud en que, por ejemplo, las madres con los niños con cáncer han de botear en las calles para comprar medicinas para los hijos. Y tan caras.
La cara del peor sistema educativo con, por ejemplo, 550 (quinientos cincuenta mil) personas de 14 años de edad en adelante analfabetas que no saben leer ni escribir.
La cara de la impunidad y en un Veracruz ensangrentado en los cuatro puntos cardinales.

TRES. La cara de la desvergüenza social

La cara del desencanto social con la autoridad estatal.
La cara de la desvergüenza por un Veracruz campeón nacional en varios rubros. Feminicidios. Secuestros. Extorsiones. Fosas clandestinas. Migración. E impunidad.
Las mil caras de Veracruz, pues.
Los tentáculos del pulpo.
El Estado jarocho, evidenciado por todos los costados en el primer gobierno estatal de izquierda, aquel ondeando la bandera de los derechos humanos.
Y que derecho humano, el más legítimo de todos, es garantizar la dignidad en cada nuevo amanecer y anochecer.
Y vivir con una mejor calidad de vida.
Otra cosita, por ejemplo, es andar de pachanga en pachanga pueblerina y aldeana con festivales cuando en la realidad real, las familias, la población, los ciudadanos adolecen de lo necesario, lo básico, para vivir.

CUATRO. La silla embrujada

Indicativo y significativo luego de que en la silla embrujada del palacio de gobierno de Xalapa (embrujada porque a todos, sin excepción, marea, enloquece, hace mirar visiones y hace levitar) se han sentado 78 (setenta y ocho) gobernadores.
Y más, en un Veracruz pródigo en recursos naturales donde más del sesenta por ciento de la riqueza natural está concentrada en doscientas cincuenta familias pudientes de norte a sur y de este a oeste.
El gran desdoro en el hecho que de los ocho millones de habitantes y cachito seis millones viven en la miseria y la pobreza.

CINCO. La cara de la impunidad

Lo más duro y rudo, imperdonable, insólito es que por vez primera luego de 78 jefes del Poder Ejecutivo estatal en Veracruz el tsunami de feminicidios.
Mujeres asesinadas. Quizá ultrajadas. Descuartizadas. Embolsadas. Tirados los cadáveres en la vía pública.
Y de ñapa, la terrible y espantosa impunidad.
Más, en un Veracruz donde seis de cada diez habitantes son mujeres.
Y en un Veracruz alardeando de que “aquí las mujeres pueden soñar”.
Soñar, claro, claro, claro, pero con la muerte.
Inimaginable el feminicidio en el sexenio de la denominada Gran Cuarta Transformación.
La honestidad valiente. La purificación moral. El “amaos los unos a los otros”. El “no somos iguales”.
¡Vaya farsantes!

SEIS. Viaje al infierno social

Más allá de los Círculos del Infierno…
Y de los Jinetes del Apocalipsis…
Y de los males fatídicos de la caja de Pandora enviada por Zeus para vengarse de la tierra…
Las caras de la desolación social en Veracruz constituyen un viaje permanente al rincón más arrinconado del infierno, allí donde el mundo queda condenado para siempre.
En el caso, y por fortuna, se ha tratado de un viaje sexenal al reino de Luzbel.
Gracias a las tribus guinda y marrón hemos conocido el infierno social.