estrepitosa de Adolf Hitler soñando con apropiarse del mundo.
Entonces, en la Segunda Guerra Mundial, Hitler está a punto de invadir Checoslovaquia y el hombre, también corredor de Bolsa, Nicholas Winton, renuncia a todo y viaja a Praga.
Y con un solo objetivo: salvar al mayor número posible de niños de las cámaras de gases pue Hitler, como se sabe, mató a seis millones de judíos (un millón era niños) en sus cámaras de exterminio.
Nicholas Winton logra rescatar a 669 (seiscientos sesenta y nueve) menores y los traslada de Checoslovaquia a la Gran Bretaña.

DOS. Lazos de sangre

La historia está contada en la aplicación digital, Prime Video, y se llama “Lazos de sangre”.
De joven, Nicholas Winton es interpretado por el actor Johnny Flyn y senil por el actorazo Anthony Hopkins.
La película fue estrenada en el mes de enero de este año y la dirige el cineasta James Hawen.
Todos aquellos niños fueron conocidos como “Los niños de Winton”, un hombre que casado nunca procreó hijos con su esposa.
Todo su amor, cariño, afecto, devoción y entrega social y paternal para los niños judíos perseguidos por el loco más loco de la historia como fue y es Adolf Hitler.

TRES. Historia desgarradora

Los soldados nazis llegando a Checoslovaquia (igual, igualito como en otros pueblos) sintiéndose y creyéndose propietarios del mundo.
Solían tocar en las puertas de las casas a medianoche. Y si la familia se resistía a abrir la puerta la tumbaban.
Y se llevaban al padre, a la madre y a los niños según en cada caso.
Fue una de las estrategias para multiplicar el terror, el pánico, el miedo, el miedo al miedo y la desesperación.
La angustia de cada padre para salvar a la esposa y a los hijos, entre ellos, bebés.

CUATRO. Vocación social

Nicholas Winton es un joven corredor de Bolsa en Londres. Y de pronto, leyendo periódicos, escuchando historias en el café y con los amigos en reuniones, toma conciencia de su vocación social.
Y deja todo. Y parte a Praga. Y con el único objetivo de hacer algo concreto y específico por los niños.
Y se entrega a la tarea sin dudas ni sospechas ni descanso.
Más, porque Hitler avanza con sus feroces soldados a Checoslovaquia. Camino, claro, a Francia. Y a Rusia.
Y en donde, caray, será derrotado por el invierno y para evitar caer en manos de José Stalin, el otro sátrapa de la historia, mata a su esposa Eva Braun y se pega un tiro.

CINCO. Activistas por los niños

Winton desafía a Hitler y a sus comandantes y soldados. Y en un activismo sin límite, firme, inalterable, discreto, eficaz, apoyado por dos mujeres y dos hombres, va integrando la ficha de cada niño para el trámite diplomático con Gran Bretaña.
Y en Londres, su señora madre, se vuelve de igual modo una activista y ella toca puertas en la Bolsa londinense y en el gobierno y en las ONG y en los periódicos para contar la historia de los niños en peligro.
Y cabildea en Londres para que los matrimonios acepten a un niño judío de Praga en adopción.

SEIS. Maravilloso ser humano

El filme, basado en un hecho real, conmueve y estremece el corazón y zangoloteas las neuronas.
Sobre todo, la admiración por Nicholas Winton, un maravilloso ser humano.
La vida de un hombre al servicio de los demás. Pero más, mucho más, de los niños víctimas de Adolf Hitler, con todo y que el filósofo José Vasconcelos Calderón fue su fan y feligrés.