Tres muertos rafagueados
I (¿Qué servicios ha prestado Cuitláhuac a AMLO?)
La huella de los días y noches turbulentos y huracanados en Veracruz (¡ay, noche tibia y callada de Agustín Lara!) son el infierno. Mejor dicho, el rincón más arrinconado del infierno.
Por ejemplo: Alrededor de las 20:20 horas de la noche del martes16 de julio, y en Tuxpan, tres hombres platicaban en el depósito de Modelorama.
Luis Velázquez
Por cierto, en la calle Cuitláhuac, esquina Galeana.
Frente al centro deportivo, El Rastro.
De pronto, se les apareció el demonio.
Dos hombres llegaron caminando y sin dar las buenas noches simplemente apretaron el gatillo de sus pistolas.
En el primer rafagueo mataron a dos de los tres hombres aquellos.
El tercer hombre pudo salir en medio de la lluvia de plomo y por un instante estelar pudo salvar la vida.
Pero segundo después un balazo lo mató
Y por la espalda.
Y cayó tendido sobre la banqueta.
Luego, el par de sicarios, pistoleros, malosos, malandros, se perdió en la noche violenta, sórdida, siniestra y salvaje de Tuxpan.
De acuerdo con la versión oficial, los asesinos huyeron en una camioneta.
¡Ah!, y en el boletín oficial, la autoridad se anticipó a la investigación y filtró a los medios su verdad universal.
Los tres hombres asesinados… “habrían estado realizando actividades relacionadas con la venta de las drogas”.
Y por eso mismo, el vaticinio, la profecía, el dictamen superior de que bien pudo tratarse “de un ajuste de cuentas”.
Es decir, los tres hombres ejecutados fueron y son ya, ya, ya, los culpables de su asesinato.
Así, de un manotazo, la autoridad ha deseado cerrar el caso.
Y en un Veracruz, campeón nacional en el tiradero de cadáveres.
Y campeonísimo en victimizar a las víctimas.
Y, claro, el gobierno del Estado “lavándose las manos” como el maestrazo Poncio Pilatos.
Más, mucho más cuando a principio de semana, AMLO, el presidente, exhibió a Cuitláhuac García con la matanza de dos hermanos campesinos en Totalco, Perote, y en donde quedó manifiesta “la represión policiaca”.
Todo, porque Cuitláhuac y los suyos decidieron blindar a la empresa trasnacional, Granjas Carroll, quien con su más de setenta granjas porcícolas mantiene contaminada el agua de la región.
II (Estribillo oficial)
Lo más común y sencillo para la 4T está en inculpar (sin investigación previa) a los muertos (como en Tuxpan) de traficantes de drogas.
Y, claro, de andar en malos pasos.
Y tener amistades peligrosas.
Y ni hablar, como “el que se lleva se aguanta”, entonces, expuestos a una muerte dura y ruda, difícil, violenta.
Pero la autoridad ya tiene estribillo.
Por ejemplo:
Si un policía en funciones mata por ahí en el boletín expiden que era expolicía.
Si unos parroquianos son asesinados de inmediato aseguran que andaban en malos pasos.
Si una mujer es asesinada luego luego que tenía malas amistades.
Si se registra una matanza, incluso, hasta con niños ajusticiados, que todos traficaban droga.
Si unos hermanos son asesinados en una trifulca es porque ellos dispararon primero a la policía.
Si una mujer es ultrajada y asesinada y arrojado el cadáver a un barranco es porque era trabajadora sexual y andaba de coqueta y traviesa.
Si una mujer amanece asesinada en el motel es porque era infiel y el marido le siguió los pasos y ajustó cuentas.
Si un político guinda y marrón “ordeña la vaca” se debió a que los subalternos, priistas que eran, abusaron de su confianza.
Entonces, ni hablar, el trío de hombre asesinados en Tuxpan se debió a que ellos mismos tuvieron la culpa.
Lo dice la autoridad. Palabra de Dios.
El Veracruz ensangrentado.
La única herencia del señor Cuitláhuac G. J.
La incógnita son las razones de peso y contrapeso por las que Andrés Manuel López Obrador, el preciso, lo mantuvo en el cargo sexenal.
Otros servicios le habría dispensado…