Cine migrante
I (Uno de los peores pendientes sociales)
En Xalapa, semana del cine migrante. El objetivo, visibilizar (¡qué palabra tan incómoda!) la realidad dura y adversa, difícil, de los indocumentados.
Treinta millones de paisanos en Estados Unidos, la mayoría como migrantes sin papeles.
Un millón de paisanos de Veracruz.
De los días 16 (hoy) al 21, la capital se llenará de cine.
El viaje a la imaginación, cierto, pero más, mucho más, a la realidad truculenta.
Luis Velázquez
Películas, documentales y cortometrajes.
Entre otros temas, los siguientes.
Uno:
Los migrantes indígenas.
Dos:
Los migrantes campesinos.
Tres:
Los migrantes desaparecidos.
Cuatro:
Los migrantes convertidos en empresarios vinicultores y exitosos.
Cinco:
Las mujeres migrantes estudiando y con vientos favorables en EU.
Se trata de la segunda edición del Cine Migrante en Xalapa.
En total, y por ahora, veinte películas.
Se ignora si en la primera edición los organizadores y promotores y cineastas y artistas lograron el objetivo para, digamos, humanizar la política oficial en materia migratoria.
Se ignora si ahora y de cara hacia el final del sexenio obradorista pudieran caminar más.
De entrada, el trasfondo inevitable: Los migrantes agarran camino a EU debido a la errática política económica y social para animar y reanimar la creación de empleos en las regiones indígenas, campesinas, obreras, suburbanas y urbanas.
Los migrantes parten a EU sin ninguna, ninguna, ninguna ayuda oficial.
Además, expuestos a la codicia y ambición de “los polleros”.
Y a los sicarios y pistoleros de los carteles y cartelitos.
Y en contraparte, vaya paradoja, a cada rato el gobierno alardea y festina las remesas de los paisanos en EU enviadas a sus familias como si ellos fueran los grandes cabilderos.
II (Visibilizar el desdén oficial)
Los Colectivos, integrados con madres y padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos, quizá asesinados, acaso sepultados en fosas clandestinas, organizan marchas y mítines para “visibilizar” el desdén y el menosprecio oficial.
Los familiares de las mujeres feminicidas también protestan en las calles y avenidas y pueblos y ciudades, entre otros objetivos, para frenar el tsunami de sangre femenina escurriendo en los cuatro puntos cardinales.
Los familiares de los desaparecidos organizan marchas y bloquean las carreteras para que la autoridad les ayude en la búsqueda de los suyos.
Los padres de familia toman escuelas porque los niños tienen semanas y meses sin un profesor.
Y los vecinos se lanzan a las calles y avenidas, caray, antes, para reclamar el servicio de agua, y ahora, para denunciar “la caída del sistema” eléctrico.
Por eso, entre otros hechos y cositas, las veinte película y cortometrajes en Xalapa sobre los migrantes.
Pueblos y vecinos tocando “los tambores de guerra”.
En muchos casos, únicamente solicitando el legítimo derecho de audiencia pues hasta el diálogo les han negado.
Con el dictador Porfirio Díaz Mori inició la migración de México a EU, de manera precisa al estado de Texas para construir el ferrocarril norteamericano a la frontera sur.
Ahora, la migración sigue, imparable, inderrotable, exhibiendo la incompetencia gubernamental en el palenque económico.
Simplemente, hay migración porque el Estado está en el Principio de Peter para alentar la inversión privada.
Círculo vicioso: No hay inversión privada por la insuficiente incertidumbre e inseguridad en la vida y los bienes.
Y hay inseguridad creciente por el fracaso rotundo de la Fiscalía General para procurar justicia.