Pero también, caray, la suerte es un factor determinante.

PASAMANOS: La licenciatura es un paso más en la vida. Por delante, y ojalá se pueda, una maestría, un doctorado.
Más cuando los empleadores prefieren y apuestan a gente con más grados académicos.
Y, claro, experiencia, fogueo en el campo laboral, vivencias.
Recuerdo, por ejemplo, una frase memorable y citable de Emilio Azcárraga Jean a propósito de la actriz Salma Hayek, luego, incluso, de su triunfo en la telenovela “Teresa”: “Salma mira lejos”.
De entrada, porque ella rechazó un contrato de exclusividad durante dos años con Televisa, “quemó sus naves en México” y agarró camino a Los Angeles para jugar en las grandes ligas del cine.

CORREDORES: Entonces, siempre procura mirar lejos.
Incluso, por ejemplo, soñando y con hechos y logros tener dos empleos.
Por una razón de peso y con peso: cuando una vela se apague, la otra queda prendida, y con tiempo para buscar uno más.
Pero al mismo tiempo, nunca dejes de soñar y “sin dejar que termine el día sin haber crecido un poco” (Watt Whitman), con tener un negocio propio.
Como el magnate Carlos Slim Helú, por ejemplo, el hombre que fue el más rico del mundo y es hoy el más rico del país, y quien a los ocho años de edad vendía dulces en el recreo en la escuela primaria.

BALCONES: Y un negocito propio como tantos ejemplos existen.
Entre tantos otros, las mujeres a quienes gusta la cocina y la repostería elaborando pastelitos y antojitos y pancitos, etecé, etecé, para vender entre la familia, las amigas, las conocidas, las comadritas y las vecinas.
Pero de igual modo, las señoras tejiendo chambritas para ofértalas con los suyos.
Así, mirarás lejos y tendrás otras vidas en una sola vida.
Y desde luego, procura asesorarte con los suyos, las personas más cercanas, tus padres, tus hermanos, la familia quizá.

PASILLOS: Ya lo sabes, pero nomás lo recuerdo: la vida es una lucha.
Y una lucha perpetua, eterna, sin final.
Vaya, un minuto antes de morir hay personas que continúan luchando, empujando la carreta, pateando el balón, remando la canoa, trajinando la tienda, tirando las cuerdas, caminando, incluso, en el lodazal.
Y en el viaje nunca pierdas la alegría. Ha de recordarse que de acuerdo con la cosmetóloga para sonreír solo se mueven catorce músculos de la cara y para estar serio ciento catorce.
Y en la vida, famosa la ley del menor esfuerzo.

VENTANAS: Aquí, estamos orgullosos de lo que has logrado. De lo que eres y como eres. Siempre, con la buena vibra y el mejor karma y fario por delante.
Y de seguro te irá bien. Pero al mismo tiempo, nunca dejes de cincelar el destino.
Acuérdate de la estrofa de Amado Nervo: “Cada uno es el arquitecto de su propio destino”.
Dicho de otro modo: Una cosita es que la vida te lleve quizá por caminos extraordinarios.
Pero otra cosita y otro hecho, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia, es que uno procure llevar a la vida por los caminos deseados y soñados y explorados.
Y ante la imposibilidad de abrazarte porque estás lejos, te abrazo con las letras y las palabras y las frases.
El presidente de tu club de fans”.