Hijos de la soledad
**La soledad creativa
**Vivir encerrado
EMBARCADERO: Nada ama tanto un artista, un escritor, un músico, un compositor, un escultor, un pintor, un caricaturista, un intelectual, un historiador, un filósofo, una bailarina, entre tantos otros, como la soledad... La soledad para crear y recrear su obra... Y aun cuando cada parte suele tener las horas propicias para el diálogo y la convivencia, incluso, la diversión y como es propio en la naturaleza humana, la soledad (y la disciplina) son el nombre de la creación como escribió don Alfonso Reyes
Luis Velázquez
ROMPEOLAS: Una niña de ocho años siempre decía: “Mi padre nunca está solo… Siempre está leyendo un libro”… Y es el caso de los artistas, escritores y pensadores… La soledad que sirve para crear y recrear… Y en ningún momento porque la persona diga que encerrándose en casa, en el estudio, la recámara, la inspiración aparecerá por antonomasia, sino porque la creación es una búsqueda permanente, inacabable… Gabriel García Márquez, Nobel de Literatura, por ejemplo, solía encerrarse en el cuarto de estudio desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde para escribir novelas y cuentos… Y existían ocasiones cuando apenas, apenitas, había escrito un párrafo… Exigente que era con la calidad narrativa…
ARRECIFES: Está probado y comprobado que la inspiración tampoco suele llegar en medio del dolor y el sufrimiento, aun cuando hay excepciones… Pero en todos los casos, nada como empujar la carreta y patear el balón y remar la canoa todos los días… Digamos, con una disciplina militar… Habituar las neuronas, el corazón y el hígado a la creación artística en términos generales… Y, claro, con una vida de asceta, de monje, de franciscano… Llena de austeridad en la vida y en los días, pues ni modo que la noche anterior el artista emborrache hasta perder los estribos y al día siguiente, temprano, se encierre a crear su obra…
ESCOLLERAS: Sor Juana Inés de la Cruz fue condenada por la elite eclesiástica de la Colonia, primero, por escribir poemas, incluso, de amor… Y segundo, luego de que fue descubierta en amoríos con la esposa de un virrey y que la frecuentaba en el monasterio… Pero las tribus de la iglesia católica y apostólica le hicieron un bien porque enclaustrada y sin salir de la crujía se entregaba a escribir… Incluso, hasta logró la complicidad de otra monja y a quien entregaba su obra literaria para que se la llevara a su editor en la ciudad y luego era enviada a España donde le editaban sus libros…
PLAZOLETA: El Gabo se encerrada en su casa (hoy museo) en la Ciudad de México y de las ocho de la mañana a dos de la tarde, su esposa, Mercedes Raquel Barcha Pardo, “ni el aire dejaba pasar”… Cero llamadas telefónicas… Cero visitas, así fueran los amigos entrañables, como por ejemplo, el poeta colombiano, Álvaro Mutis… Cero problemas con los pendientes de la casa como la despensa de cada día… Seis horas García Márquez pensando, imaginando, recordando y tecleando…
PALMERAS: Nada ama tanto un artista como la soledad… Claro, los escritores Ernest Hemingway y Julio Cortázar solían refugiarse en un café en París para escribir… Y delante de todos, quizá, para que los vieran… Acaso ganas de publicitarse… Pero está claro que únicamente en la soledad, digamos, física, se logran las mejores obras, cuentos, novelas, poemas, canciones, esculturas, diseños, ensayos, crónicas, reportajes y pinturas, etecé, etecé…