Más cuando MORENA es el PRI del siglo XXI. Es decir, el partidazo en el poder transexenal.
Más, porque como militantes de MORENA todos tienen un plus agregado para desde antemano ganar los comicios en las urnas.
Por eso mismo, los militantes guinda y marrón y anexos y conexos de otros partidos significan ya un tsunami desbordado, impetuoso, vigoroso.

PASAMANOS: Bastaría con recordar, por ejemplo, la víspera, mejor dicho, uno, dos anteriores de unos aspirantes de MORENA a la candidatura a gobernador como, por ejemplo, Sergio Gutiérrez Luna, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, Zenyazen Escobar y Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
A lo más que pudieron llegar es la Senado y a la Cámara de Diputados tres de ellos.
Es más, Zenyazen se promueve a través de su Cartel Mediático como el coordinador de los legisladores federales de MORENA Veracruz en el Congreso Federal.

CORREDORES: La gobernadora electa habla de moderación y prudencia partidista y entre otras cositas y hechos exhibe en el palenque políticos las divisiones, las traiciones y las ansias por las regidurías en el mayor grado.
De igual modo, recuerda como siempre ha ocurrido que habrá un proceso interno en MORENA, más las encuestas (ajá) para elegir a los candidatos.
“Ta’gueno”.
En la cancha pública y en la mesa de los sacrificios, la mitad del mundo y la otra mitad saben, están conscientes, seguras de que el Dedazo Imperial y Faraónico siempre se atraviesa y encarama en el peldaño más alto de las decisiones.
Y como dicen en el rancho Cantarranas, “donde manda capitán nunca gobierna un marinero”.
Incluso, y por eso mismo, la algarabía con el tiempo anticipado mostrando cada parte los bíceps, los puños y las mañas.
Y, claro, “midiendo el agua a los tamales” con el tráfico de influencias y hasta el nepotismo.
Más cuando muchos jefes (y jefas) deciden imponer a familiares (y hasta espositas) como candidatas a las alcaldías, sindicaturas y regidurías.
Incluso, como tesoreras municipales para manejar con libertad y conveniencia el billete oficial.

BALCONES: En la historia, nada ni nadie ha podido frenar el tsunami político preelectoral.
Más cuando por “debajo del agua” la temperatura política y social y hasta legislativa suele moverse.
Bastaría referir cuando el diputado local, Juan Javier Gómez Cazarín, recibió la orden superior (que de inmediato cumplió) de reformar la Constitución Política de Veracruz para crear y recrear la famosa Ley Nahle por todos conocida con su mensaje directo, concreto y específico y sin rodeos “en el país de un solo hombre”.

PASILLOS: En el carril político de todos los partidos sus militantes se están operando para ganar la candidatura a las alcaldías y demás puestos edilicios y de confianza.
Y nada ni nadie podrá frenar el huracán impetuoso y volcánico.
Vaya, nadie dudaría de que Éric Patrocinio Cisneros Burgos, quien desde la secretaría General de Gobierno con la bendición de Cuitláhuac García se creyó candidato marrón a gobernador, pudiera estar soñando con la alcaldía de Otatitlán y hasta teniendo como coordinador de la campaña al Cristo Negro, de igual modo como Benito Juárez García lo fue de Francisco I. Madero.
Y Gómez Cazarín estará delirando con la presidencia municipal de Hueyapan de Ocampo para continuar la obra pública de su padre y a quien ungiera alcalde por su Santo Dedazo y con el visto bueno de Cuitláhuac.