Aquella Ley de Ultrajes que castigaba con la cárcel a los ciudadanos de a pie y hasta motorizados que agraviaran a los policías.
La Ley Bozal que los morenacos pretendieron imponer en el Palacio Legislativo para evitar que los diputados de oposición hablaran mal de ellos.

DOS. Oídos sordos

Los presos políticos y los políticos presos.
El desdén oficial por los Colectivos (treinta y tres en el Estado de Veracruz) integrados con padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos.
Los oídos sordos a los clamores de la población y hasta de sindicatos como, por ejemplo, la denuncia de la sección 56 del SNTE de que la mitad de las escuelas del sistema estatal están sin agua y los profes pidiendo a los niños llevar toallitas sanitarias.

TRES. Indignación crónica

El coraje social expresándose en marchas y caminatas y en ruedas de prensa y hasta en el zócalo de la Ciudad de México y en uno que otro noticiero radiofónico y televisivo del viejo Distrito federal.
La irritación colectiva por los 24 (veinticuatro) feminicidios acontecidos en los primeros cinco meses del año que camina.
Veracruz, un foro social para debatir en los Muros de las Lamentaciones el estado de cosas y hechos.
Un rincón para conspirar y cuestionar el estilo personal de ejercer el poder de las tribus guindas y marrón.

CUATRO. Lavarse las manos…

Los familiares de los cinco campesinos de Actopan secuestrados y desaparecidos el 15 de febrero y hasta apenas, apenitas, ahora, escuchados en Palacio Nacional y AMLO, el presidente, anunciando que se encargarán de investigar los hechos.
Con el riesgo, claro, de que AMLO ordene consultar primero a Cuitláhuac G. J. y Cuitláhuac “se lave las manos como Poncio Pilatos” y les eche tierra y declare culpables.
Parte de la población de Veracruz pendiente de Yuri y Ricky Martin y del festival de la Flor de Izote en Córdoba y de los amores de Ángela Aguilar y Cristhian Nodal y de los pasos de Belinda.
Pero al mismo tiempo, en rara y extraña paradoja, indicativa y significativa, la población pendiente de los feminicidios y fosas clandestinas, Veracruz en el primer lugar nacional, inderrotable, campeón de campeones.

CINCO. Conspirar con libertad

La patria, el hogar, de la población encendida se ubica en el cafecito donde se pueda conspirar con libertad.
Y conspirar para que ante el desdén y el menosprecio oficial del gobierno del Estado buscar la forma de tener y experimentar una nueva vida.
Por ejemplo, mandando al carajo a los políticos para quienes sus intereses son primero y después.
Y en todos los casos, las tribus políticas utilizando a los ciudadanos como “carne de cañón” y más en los tiempos electorales.

SEIS. Soñar con un empleo digno

Veracruz, campeón nacional en la migración a Estados Unidos de acuerdo con el INEGI deja claro que cada vez la población ejerce a plenitud la libertad para buscar salidas dignas al diario vivir.
Entre otras cositas, migrar (y sin el respaldo oficial) a la nación vecina, la más poderosa del planeta, para encontrar un empleo digno, estable y pagado con justicia laboral.
Nunca Veracruz como ahora en el ranking nacional migratorio.
Con todo y la feroz persecución en contra de los indocumentados ahora cuando en EU también hay un proceso electoral por la Casa Blanca.
¡Vaya desdoro y vergüenza social (se ignora si la conocen) para las elites de MORENA!