Fidel Herrera Beltrán, Miguel Alemán Velasco, Patricio Chirinos Calero, Dante Delgado Rannauro, Fernando Gutiérrez Barrios y Agustín Silvestre Acosta Lagunes.
Por ejemplo, y en cada caso, las razones de peso y con peso para determinar, primero, el mejor entre los mejores.
Y segundo, el peor incluyendo argumentos inapelables y basados en los hechos concretos y específicos, más allá, digamos, de las sensaciones y percepciones.

DOS. La seguridad en la vida

En el libreto se afirma que el primer gran pendiente del llamado Estado de Derecho es garantizar la seguridad en la vida y los bienes de la población gobernada.
Seguridad en la vida, incluyendo la certeza de un trabajo digno y enaltecedor y cubierto con justicia laboral y las prestaciones económicas, sociales y médicas estipuladas en la Ley Federal del Trabajo.
Y el legítimo derecho a vivir sin sobresaltos en cada nuevo amanecer y anochecer.
A partir de ahí, si cada jefe del Poder Ejecutivo estatal favoreció el desarrollo humano (escuelas, servicios públicos, salud pública y procuración de justicia), entonces, ya es ganancia como dice el viejito del barrio.

TRES. Una vida digna

Ningún caso, por ejemplo, tiene loar a un gobernador porque pavimentó un pedacito de calle, introdujo el agua potable en una comunidad rural, construyó una clínica de salud, levantó una cancha deportiva y un parquecito, pues se trata de una obligación consustancial al poder público.
Lo trascendente, lo único que cuenta, es favorecer la creación y recreación de un pueblo dichoso y feliz a partir de los satisfactores básicos para una vida digna.

CUATRO. Días oscuros y negros

Terrible y duro, por ejemplo, un sexenio con diecinueve trabajadores de la información secuestrados, desaparecidos, asesinados y enterrados en fosas clandestinas.
Otros, decapitados. Otros, obligados a cavar su propia sepultura. Otros hechos cachitos y metidos a una bolsa negra de plástico y arrojados a una canal de agua negra.
Y otras (tres) desaparecidos muchos años después.
Duro y terrible un Veracruz en el primer lugar nacional en feminicidios, secuestros, extorsiones y fosas clandestinas.
Y ni se diga, el liderato nacional en migración a Estados Unidos y como trabajadores indocumentados buscando en el país vecino la posibilidad laboral de un empleo digno.

CINCO. Cada uno su fama pública

Un montón de gobernadores han sido juzgados por la población. Cada uno ingresando a la historia local con su fama pública.
En el mejor de los casos, enaltecidos porque aplicaron a plenitud el eslogan de la casa comercial de que “La familia es primero”.
La pareja, los hijos, los tíos, los primos, los compadres, los amigos, los aliados, los socios, los cómplices y los vecinos y hasta una que otra barbie manipuladora y exigente, beneficiados desde el poder político, sinónimo de poder económico y social.
Seis años en el peldaño más elevado del poder.
“Aquí mando yo” dijo la Fiscal General cuando tomara posesión sabrá sus razones que tuvo Éric Patrocinio Cisneros Burgos, secretario General de Gobierno, para imponerla ante Cuitláhuac García.

SEIS. Dictamen ciudadano

La historia pondrá (quizá ya) a Cuitláhuac en su lugar.
De entrada, los suyos proclamándolo su héroe sexenal… por tanto buen karma y mejor fario transmitido y consumado.
Pero por encima de todo, el dictamen que siempre durará y trasciende proviene de los ciudadanos comunes y sencillos.
Un gobernador más… ante la historia.