Una inteligencia incandescente y un talento fuera de serie para lograr tanto la rigurosidad en los datos y los hechos como la pulcritud literaria…

ROMPEOLAS: Periodista pasó parte su vida atrás de las noticias… Y, bueno, ejerciendo el periodismo a plenitud en la metrópoli más grande de los cinco continentes como la Ciudad de México trascendió en el planeta… Enviado especial en el país… Y de igual modo, en el continente latino y en Europa… Sus crónicas en Japón sobre la bomba nuclear en Hiroshima y las geishas hasta la caída de Arturo Frondizi como presidente constitucional de Argentina…

ARRECIFES: El relato impresionante del sepelio de Pedro Infante en la Ciudad de México… Y del escritor Alfonso Reyes… Y de la muerte del filósofo José Vasconcelos Calderón… Y del muralista Diego Rivera… Y del pintor José Clemente Orozco… Unas crónicas que más de cincuenta años después están frescas y son vigentes… Un retrato hablado del México de entonces y el México de hoy donde los artistas (de cine y de la palabra y de la brocha) causan la misma sensación y emoción social… De hecho y derecho, un Scherer, digamos, en trance esotérico y metafísico (patafísico diría el cronopio Julio Cortázar) narrando detalle con detalle vidas y muertes… Los últimos minutos estelares de sus vidas productivas…

ESCOLLERAS: Muchos años antes, en la década de 1910, el cronista John Reed publicó par de libros de crónicas… Uno, “México Insurgente”, los tres meses reporteando la Revolución Mexicana al lado de Pancho Villa… Y dos, “Diez días que estremecieron el mundo”, la historia de la Revolución Rusa al lado de Lenin y que por cierto, Reed escribiera en nueve días estremecedores tecleando dieciséis horas diarias, encerrado en el cuarto de un hotel… Ambos libros tan frescos como antes… Y tan llenos de bilirrubina como el último libro (y otros) de don Julio…

PLAZOLETA: La crónica de Scherer sobre la bomba nuclear arrojada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 que dejó 240 (doscientos cuarenta) mil muertos resulta avasallante… Inicia cuando aquel día amaneció lleno de luz y con un sol intenso… Y los niños corriendo con sus padres para llegar en tiempo y forma a la escuela primaria… Y los trabajadores apresurando el paso para checar tarjeta en las oficinas, empresas, industrias, fábricas y talleres… Y de pronto, el fin del mundo, los Jinetes del Apocalipsis, los siete Círculos del Infierno, cayendo sobre ellos… Y don Julio reconstruyendo aquel momento fatídico a través de las palabras…

PALMERAS: Además, la honestidad “a prueba de bomba” de Scherer… Reportero asignado a una secretaría de Estado para cubrir la fuente, de pronto descubrió que su nombre estaba en la nómina mensual… Antes, rechazó la propuesta del jefecito de prensa… Entonces, rastreó pistas y descubrió que el vocero incorporó con su nombre a un colega quien cobraba la mensualidad… Y armó protesta sistemática… Y exhibió a uno y otro… Por eso, el escritor Carlos Fuentes Macías lo llamaba el Francisco Zarco del siglo XX… Su libro póstumo, la Biblia del periodismo literario…