Campeón nacional en subejercicio.
Miguel Ángel Yunes Linares. Javier Duarte, su antecesor, en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México. Montón de duartistas presos en el penal de Pacho Viejo. Luego, indicativo y significativo, liberados por Cuitláhuac.
Javier Duarte. Veracruz, declarado “el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”. Diecinueve trabajadores de la información, secuestrados, desaparecidos, asesinados, decapitados y enterrados en fosas clandestinas. Hechos cachitos y embolsados y arrojados a canales de aguas negras. Más tres desaparecidos. El Veracruz donde “aquí nada pasaba”. Pero pasaba…
Miguel Alemán Velasco. Memorable y citable cuando se incendiara el mercado popular Hidalgo en la ciudad jarocha con veintinueve muertos. Y nunca se acercó. Y cuando le preguntaron sus razones de peso y con peso, dijo, tan quitado de la pena, “no soy bombero”. El Festival Tajín.
Patricio Chirinos Calero. Porfirio Muñoz Ledo le adjudicó el apodo de “La ardilla” porque siempre la pasó en Los Pinos. Transfirió el ejercicio del poder a su equipo gubernamental. Encarceló a su antecesor, Dante Alfonso Delgado Rannuaro.
Dante Delgado. El más ambicioso programa de servicios públicos a través de “Solidaridad”, el plan estelar del presidente Carlos Salinas de Gortari (como ahora los programas sociales de AMLO, el presidente).
Fernando Gutiérrez Barrios. En 40 días y 40 noches pacificó Veracruz desapareciendo, aniquilando, combatiendo a la famosa “Sonora Matancera”. Los carteles de entonces.
Agustín Acosta Lagunes. Constructor de puentes. Cierto. Y al mismo tiempo, “La Sonora Matancera”, el poder político y social a los caciques regionales de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Rafael Hernández Ochoa. Creó y recreó el poder político con la creación de una dirección de Ecología para una de sus barbies. Auge de una diputada local de la montaña negra de Zongolica.
Rafael Murillo Vidal. Su gran obra, concesionar la candidatura a gobernador al subsecretario de Gobierno, Manuel Carbonell de la Hoz durante tres días. Incluso, con el visto bueno del presidente Luis Echeverría Álvarez. Pero una declaración periodista de Jesús Reyes Heroles, presidente del CDE del PRI, lo descarriló. “Yo como veracruzano no he votado por Carbonell”.
Fernando López Arias. Pudo heredar el poder a su amigo y compañero en el Senado de la República, Rafael Murillo Vidal.
Jorge Cerdán. A partir de su periodo constitucional y durante diez años consecutivos y con otros sucesores, la feroz persecución de la banda “La mano negra” del cacique y latifundista, Manuel Parra, en contra de cuarenta mil agraristas, todos asesinados.
Luis Mier y Terán. El góber porfirista a quien el dictador de los 34 (treinta y cuatro) años ordenara en un telegrama “¡Matar en caliente!” a los nueve jarochos insubordinados a su reelección.
Teodoro A. Dehesa, diecinueve años gobernador, permitió el asesinato de trescientos obreros textiles en Río Blanco por el delito de irse a la huelga reclamando derechos laborales.
Más duro y terrible su silencio y complicidad porque los trescientos cadáveres fueron trepados a los vagones del Ferrocarril y trasladados al puerto de Veracruz y entregados a los soldados en el Castillo de San Juan de Ulúa y encaramados a un barco y tirados al fondo del Golfo de México y amarrados con una piedra para evitar su flotación.
Antonio López de Santa Anna. Tres veces jefe del Poder Ejecutivo estatal, a cada rato nombraba, mejor dicho, imponía un interino para acompañado de una sabrosa muleta de veinte años agarrar camino de pueblo en pueblo apostando a la baraja y a los gallos, emborrachándose, bailando y haciendo el sexo en la madrugada intensa y volcánica.
Así, y entre otros, y luego de 78 (setenta y ocho) mandatarios, el saldo económico y social es el siguiente:
Uno:
Seis millones de los ocho millones de habitantes en la miseria y la pobreza.
Todos, en el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración a Estados Unidos, Veracruz, en primer lugar nacional.
550 (quinientos cincuenta) mil habitantes analfabetas que no saben leer ni escribir.
Un millón de paisanos con la escuela primaria incompleta.
Otro millón con la secundaria a medias.
Y 600 (seiscientos) mil personas con el bachillerato inconcluso.
De cada cien niños egresados de la primaria, únicamente diez llegan a la universidad y solo uno se titula… si se titula.
Es Veracruz hoy.
Estado pródigo en recursos naturales, habitado por gente jodida.