Los interesados tratando de adivinar el juego sucesorio en el gabinete legal y ampliado, anexo y conexo, del gobierno de Veracruz.
El resultado electoral del dos de junio impugnado por el candidato del Frente Opositor a la gubernatura.
Pero “tirios y troyanos” apostando a que ellos, los suyos, los amigos, son el engranaje para lograr “la armonía (política) de una orquesta sinfónica” en el próximo sexenio.

DOS. La bolita de cristal…

Cada parte con su “bolita de cristal” para adivinar, digamos, el futuro que viene.
Sin duda, atrás de cada pluma futurista un político, una política, una tribu partidista apostando a una caballada ideal.
El gran arte de la especulación, el deporte número uno de las elites políticas en Veracruz.
Y en el país.
Fama pública de que en víspera de la sucesión presidencial don Julio Scherer García, director general de Excélsior, invitaba a su equipo informativo a tomar cafecito en el privado para anticiparse al juego sucesorio.
Y adivinar el nombre del elegido por el Dedazo Inmaculado y Sacrosanto del presidente de la república en turno.

TRES. La gran adivinanza

Y, bueno, en el Estado jarocho ya pasaron los comicios. Ahora, la adivinanza está en el gabinete legal y ampliado.
Parte de los reporteros, mejor dicho, de los columnistas, promoviendo a su favorito.
Y si sale, caray, de seguro seis años para “ordeñar la vaca”.
Los expertos en la sicología política y social aseguran que la prensa y la propaganda y la publicidad crean y recrean verdades y medias verdades y medias mentiras y situaciones y producen hechos y suelen imponer figuras mesiánicas en el primer plano del filme cinematográfico político.

CUATRO. Del periodismo a la propaganda

Desde luego, en circunstancias así, el periodismo (el arte de contar historias “al pie de la letra”) deriva en propaganda.
Feroz propaganda a favor y en contra de una causa.
Unos, pitonisos, ya tienen hasta el gabinete completo.
El ejercicio como en los mejores tiempos priistas cuando un periodicazo era fulminante para cambiar el sentido de los hechos.
Por ejemplo, caray, el famoso Carbonelazo.
Jesús Reyes Heroles, presidente del CEN del PRI, se lo dijo al reportero Ángel Trinidad Ferreira, del Excélsior de don Julio Scherer García: “Yo como veracruzano no he votado por Carbonell”.
Y a Manuel Carbonell de la Hoz (72 horas candidato de Luis Echeverría Álvarez y Rafael Murillo Vidal) se le cayó.
Claro, también a Reyes Heroles se le cayó la dirigencia nacional del invencible (entonces) partido tricolor.

CINCO. Madriza mediática

Hoy, al columnismo político se le han atravesado los tuitazos, los guazapasos, las redes sociales, el Internet.
Y los políticos viven pendientes de las famosas cuarenta palabras lejos, muy lejos, incluso, de las columnas políticas.
Pero con todo, quizá alguna razón de peso y con peso tendrán porque varios políticos siguen promocionándose en los medios impresos.
Incluida la madriza mediática a quienes también levantan la mano para un cargo público sexenal.

SEIS. La Gabinetitis no tiene cura…

La Gabinetitis es una enfermedad peor, mucho peor, que el Alzheimer, el Mal de Parkinson y el cáncer, entre otros.
Es decir, no tiene cura.
Y aun cuando el dictador Porfirio Díaz Mori estaba convencido (y así operaba) de que “la prensa se combate con la prensa”, de cualquier modo el incienso y los guamazos siguen predominando.
Ya se verá, dijo el ciego, esperando a ver de “qué cuero salen más correas”.