Nada de que los hijos, por ejemplo, “se echen la pelota” y siempre argumenten razones para evadir, digamos, una tarea… Incluso, irse al otro lado del charco despidiéndose de la familia y los amigos y los amores y desamores, vaya… Y en el mejor estado mental posible…

CURVA PELIGROSA: Pequeñas cositas y hechos que dan rabia… 1) Oír a un político dándose “golpes de pecho” de un hombre íntegro, honesto, honrado… 2) Escuchar a un político ofreciendo “las perlas de la virgen”, “hacha, calabaza y miel” a la población electora… 3) Leer en el periódico a un funcionario inmolándose en el palenque público como un Estadista… 4) El juramento de fidelidad de un hombre a una mujer… 5) “Hacerse de la boca chiquita” alardeando que nunca, jamás, se ha engañado a la pareja… 6) Asegurar en el púlpito que luego de la muerte hay vida en el otro lado del charco… 6) Jurar que “hoy mismo estarás conmigo en el paraíso” cuando ni paraíso existe… 7) Hacer creer a la gente que “Dios castiga sin palo y sin cuarta”… 8) El Dedazo de políticos encumbrados para imponer a sus parejas como presidentas municipales y diputadas…

AUTOPISTA DEL SUR: El mejor regalo a un periodista es el libro póstumo de don Julio Scherer García, “Periodismo para la historia” de la editorial Grijalbo… Un curso intenso y efectivo para reportear crónicas y reportajes… El primer avisito parroquial de la vejez suele darse cuando la persona empieza a mirar y detectar con horror la decadencia física… Y cuando cada vez la habilidad corporal y la agilidad mental disminuyen y achican y acortan… Hora, pues, de ahorrar unos centavitos para la cremación… Y disponer que las cenizas sean arrojadas en el Golfo de México… Y es que la sabiduría de un ser humano está, entre otras cositas, en prepararse para la muerte y organizar el fallecimiento… De entrada, dejar lista la herencia en caso, desde luego, de tener bienes por ahí, cuentita bancaria, un lotecito en la colonia popular, un volcho viejito…

AUTOPISTA DEL NORTE: Está probado y comprobado: el poder político cambia, marea, trastorna y hace levitar… Y suele llegarse a la locura… Por ejemplo, caso de Adolf Hitler, digamos, como modelo universal… Hitler, un político lúcido pero trastornado… Al mismo tiempo, genio y locura… Talento y esquizofrenia… Lúcido, pero con obsesiones suicidas… En un mismo hombre, las caras extremas de la naturaleza humana… Incluso, hacia el final de su vida, 1944, un año antes de ordenar que mataran a su perrito y asesinar a su esposa y suicidarse, se mantenía con vitalidad a base de pastillas… Era, entonces, más que un hombre viejo, un decrépito… “Se volvió jorobado… Temblaba sin cesar… Miraba fantasmas… Perdía energía”… Excepcional, fuera de serie, la crónica del reportero Julio Scherer García en misión especial de Excélsior en Alemania… El cambio radical que suelen enfrentar y confrontar muchos políticos… Desde alcaldes y gobernadores hasta presidentes de la república…

RECTA FINAL: El ex Beatle Ringo Star vino a la Ciudad de México y en concierto estrenó cuatro nuevas canciones de su inspiración… Indicativo y significativo, con el otro ex Beatle, Paul McCartney, cada uno por su lado remando la canoa artística… Ninguno de los dos con voluntad expresa para estar y seguir juntos… ¡Vaya buen karma y mejor fario de los Rolling Stone para continuar empujando la carreta totalmente unidos!... Por eso quizá, Elvis Presley, Jim Morrison y Bob Dylan arando el surco como anduvieron en el palenque, solos… Igual, digamos, que Juan Gabriel, Ricky Martin, Luis Miguel y Cristian Nodal ahora… Así, caray, nadie hace sombra al otro… Los intérpretes del rock (Angélica María, César Costa, Enrique Guzmán y Alberto Vázquez) remando la canoa con estrategia unipersonal…

META: Adolf Hitler soñó con la raza pura… José Vasconcelos Calderón con la raza cósmica… Y en la película “El infierno” de Luis Estrada, inician con una canción ranchera donde anuncian la Raza de Oro… El montón de migrantes indocumentados del continente a Estados Unidos… La Raza de Oro apostando a quedarse en el paraíso terrenal del país vecino… En unos casos, firmes para enviar las remesas… Y otros, veinte años sin enviar una postal, menos un dólar a la familia, como “El Benny” (Damián Alcázar) en “El infierno… Una Raza de Oro que luego de un ratito, ni modo, pa’atrás, y “sin pena ni gloria”… En la derrota total y absoluta… Y lo más “pior” para convertirse en sicario… Nunca Hitler ni tampoco Vasconcelos triunfaron con su Raza Pura y Raza Cósmica… Venta pura y burda de esperanzas… Al contrario, la Raza de Oro cuajando pa’lante…