Más porque está probado y comprobado en la vida (y en la política), que nadie, así sea el Veracruz (y el país) de un solo hombre… puede “sacar solito al buey de la barranca”.
El viejito del barrio lo dice de una manera simple, sencilla y común: “Dime quiénes forman tu gabinete y te diré hasta dónde llegarás”.

PASAMANOS: Desde luego, y como afirman los expertos, la mente fría y el corazón frío y el hígado frío y hasta el sexo frío para elegir a los secretarios en el viaje sexenal.
Más, mucho más, cuando el tino se vuelve desatino porque el jefe de jefes, por ejemplo, el mecenas, el patroncito, pretende imponer a los suyos.
Y más cuando, incluso, hasta la pareja conyugal y los hijos mayores tienen sus candidatos.
Y más cuando por ahí aparecen, digamos, los compromisos inevitables y ni modo “donde manda capitán”, los marineros están demás.

CORREDORES: En teoría, el jefe (o la jefa máxima) en turno suelen elegir (y con lupa en mano) a los amigos, pues si es cierto que “el poder nunca se comparte”, de igual modo se necesita a un lado a gente con integridad y lealtad.
Lealtad perruna.
“Y a prueba de bomba”.
Vaya a ser que por alguna desgracia bíblica aparezca de pronto un Judas Iscariote.
Un Jesús Guajardo, el amigo que emboscara y asesinara a Emiliano Zapata.
Un Victoriano Huerta con Francisco I. Madero y José María Pino Suárez.
Un Augusto Pinochet con Salvador Allende.

BALCONES: Entonces, “la prueba de fuego” para acertar con la mirada política, sociológica y sicológica en la elección del gabinete.
Vaya a ser que por ahí se topen, por ejemplo, con un Éric Patrocinio Cisneros Burgos soñando con tumbar de la candidatura a la política que lo recomendara con Cuitláhuac García Jiménez.
Y ni modo, la necesidad inevitable de “apretar tuercas”, lanzarlo del paraíso terrenal, dejarlo sin poder político y a la deriva guinda y marrón.

PASILLOS: En la historia política, quizá, quizá, quizá, el más profundo conocedor de la naturaleza humana ha sido Miguel Alemán Valdés.
Gobernador de Veracruz incorporó a muchos de sus colaboradores en el gabinete como presidente de la república.
Amigos, todos, que siempre lo acompañaron. Y amigos con una lealtad perruna. “Haiga sido como haiga sido”.
Un político experto dice que en la política las personas más leales son aquellas que de pronto se convierten en socias, aliadas y cómplices en los negocios lícitos e ilícitos.

VENTANAS: Claves en el gabinete estatal son, entre otros, los secretarios General de Gobierno (encargado de la política interna), de Seguridad Pública (en un Veracruz ensangrentado) y de Finanzas y Planeación (para manejar el erario con eficacia y transparencia).
Y la Contraloría y el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, para la rendición transparente de la Cuenta Pública y para evitar (hasta donde humanamente es posible) los chanchullos, trastupijes, Dedazos para la obra de infraestructura, empresas fantasmas y el desvío del recurso público.
Y desde luego, la elección del líder del Congreso local y jefe máximo de la Junta de Coordinación Política, uno, porque mueve el billete oficial, y dos, para amarrar una mayoría legislativa a favor de las iniciativas de ley (y ocurrencias) del nuevo gobierno.
Los meses que vendrán serán decisivas para un buen sexenio, todo, como dice aquel, “para el bien de los pobres”.
Ta’gueno, en un Veracruz con seis millones de los ocho millones de habitantes en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración a Estados Unidos y como ilegales.