Mira Netflix a Veracruz
**Dos filmes este año
**Uno más de Paquita
UNO. Netflix mira a Veracruz
Bien pudiera teclearse que con todo a Veracruz le está yendo bien, digamos, en el medio cinematográfico.
Este año, por ejemplo, la novela “Temporada de huracanas” de la escritora y cronista, Fernanda Melchor, llevada a la pantalla cinematográfica.
Luis Velázquez
En Netflix.
Ahora, la historia de vida de la cantante Paquita la del barrio (“Rata de dos patas” y “Me estás oyendo inútil”) al cine.
Y de nuevo en Netflix.
Netflix, pues, la única empresa fílmica digital que está mirando a Veracruz.
DOS. Los años pobres de Paquita
Ya antes por ahí (parece en Televisa) la historia de Paquita, nacida en Alto Lucero (el pueblo también fue bautizado como Alto Lucero de Fernando Gutiérrez Barrios) allí donde fue presidente municipal en el siglo pasado el periodista de Excélsior, novelista Gonzalo López Barradas.
En el filme en Netflix, la historia sórdida y siniestra de Paquita… en la pobreza.
La historia de una niña que dejó inconclusa la escuela primaria (la educación básica) y pudo concluir los estudios cuando tenía quince años de edad.
Un año más que Pancho Villa, quien aprendió a leer y escribir (y en la cárcel encerrado por el presidente Francisco I. Madero) cuando tenía catorce años de edad.
TRES. Un vividor con Paquita
Luego, Paquita, seducida por un tesorero municipal, quince años mayor que ella y casado y un machito padrote.
Y con quien, caray, procreó par de hijos.
Un vividor, pues.
La historia dura y ruda de Paquita con su hermana, quien también era cantante, pero en el camino al estrellato se conflictuaron y muchos años vivieron y permanecieron cada uno por su lado y siguieron luchando por las marquesinas en la Ciudad de México.
CUATRO. Raúl Velasco la descubrió
Muchas artistas de Veracruz en la metrópoli más grande del planeta como es la Ciudad de México.
Unas, escalando al peldaño más alto. Otras, con bajo perfil. Otras, agarrándose a trompadas con la vida en cada nuevo amanecer.
Y lo más importante, estar, ser y permanecer. Y trascender.
Construyéndose y volviéndose a construir un nombre, un prestigio, un mérito.
Un mediodía, el conductor de Televisa, Raúl Velasco, fue a su restaurante en el DF y la escuchó interpretar sus canciones de menosprecio y desprecio a los hombres infieles y abusadores.
Y se prendó.
Al ratito, debutó y en grande en el programa estelar de Televisa, “Siempre en domingo”.
CINCO. Ricardo Monreal se le atravesó
Alguna vez, el político, entonces priista, Ricardo Monreal Ávila, titular en una delegación de la Ciudad de México (hoy en MORENA y senador de la República) clausuró el restaurante de Paquita.
Luego, un agente de la tesorería le pintó la raya. “El jefe quiere un cochupo”.
“No hay cochupo” fue la respuesta de Paquita. Y lo denunciaré.
Entonces, por ahí apareció el diputado federal, Héctor Yunes Landa, y Paquita le contó la historia.
Y Yunes, amigo de Monreal, se ofreció como lobista.
Dijo Monreal: “Sí le reabro, pero que ella venga y me lo pida”.
Apadrinada por Héctor Yunes, Paquita fue a la oficina de Monreal. Y según parece, el priista aquel deseaba que Paquita le cantara en privado, y de paso, también la acompañara porque le gusta la cantada.
Y cree tener buena voz.
SEIS. Vida ejemplar
Paquita está enferma. Y sigue luchando.
Empujando la carreta. Explorando zaguanes. Tirando las cuerdas. Remando la canoa.
Sin desmayar.
Netflix mirando y admirando su vida.
Migró de Alto Lucero, primero, a Xalapa. Después, al viejo Distrito Federal.
Y simplemente, allá la hizo.
Y mucho tiempo viviendo en un patio de vecindad a punto de desplomarse del primer piso y la planta baja.
Una vida ejemplar.