El último con la masacre. Nueve miembros de una familia asesinados cuando rezaban el rosario de nueve días por un joven ejecutado en la ranchería Santa Amalia del municipio de Comalcalco el viernes 31 de mayo.
Mes polvoriento y ensangrentado.

PASAMANOS: Días antes, otro infierno.
Fue en el municipio de Cárdenas. Un niño de siete años, y su hermano, de diecisiete, asesinados.
Fue el sábado 25 de mayo. En la noche. En el ejido Francisco Trujillo.
Varios sicarios (“armados hasta los dientes” diría el cronista policiaco) llegaron a la casa.
Y sin más rafaguearon al par de menores. Misael, de 17 años. Darvin, de 7 años.
Entonces, insólito, inverosímil, perplejidad total y absoluta, López Obrador, el señor Presidente “en el país de un solo hombre” dijo que sus enemigos y adversarios lo desprestigiaban.
Casi casi como cuando la Senadora de la República, ex perredista Gloria Sánchez, descubrió que en Veracruz existía un Complot Mediático para derrocar al góber precioso, Cuitláhuac G. J.

CORREDORES: Masacre en Comalcalco. Masacre en Cárdenas.
Claro, lógico, obvio, masacres en el resto de la república.
Pero con todo, cuando los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros se mete en la entidad federativa de AMLO, palabras mayores.
Y más, cuando estamos en el último semestre del obradorismo.
Ahora sí, ni modo, a encomendarse al Ser Superior.

BALCONES: Adán Augusto López Hernández fue góber en Tabasco. Al ratito, secretario de Gobernación.
Y en sus años como jefe máximo, nunca pudo pacificar el Edén.
En contraparte, el ex góber precioso de Plutarco Elías Calles, Tomás Garrido Canabal, creó y recreó un grupo porrístico en Tabasco bautizado con el nombre de “Las Camisas Rojas”.
Ellos, primero, pacificaron Tabasco. Feroz persecución contra los ministros de Dios en la iglesia católica y apostólica.
Luego, Garrido Canabal secretario de Agricultura se los llevó a la Ciudad de México.
Y entre otras cositas, asesinaron a nueve feligreses de la iglesia católica a la salida de una misa.
Calles, feroz enemigo de la iglesia.

PASILLOS: Indicativo y significativo el hecho concreto y específico de un infierno llamado Tabasco.
El presidente de la república no pudo instaurar la paz y la convivencia y la vida sin sobresaltos en su pueblo.
“Haiga sido como haiga sido”.
Entonces, nada raro y extraño que el resto de la república “amorosa y humanística” sea un polvorín.
Quedó manifiesto en el libro de la escritora y periodista, Anabel Hernández, “La historia secreta, AMLO y el Cartel de Sinaloa” de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos.

VENTANAS: En el sexenio guinda y marrón, un país ensangrentado, como antes.
Más muertos hoy que con Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa.
Fallida decisión de conservar a los militares y navales en las calles y avenidas y de pueblo en pueblo que combatiendo a la delincuencia organizada y común.
Caray, la masacre de nueve miembros de una familia cuando velaban un cadáver en Comalcalco.
Y el par de menores ejecutados en Cárdenas.
El Estado de Derecho se ufana de que la tarea número uno de una tribu política es garantizar la seguridad en la vida y los bienes.