Y la vocación consiste, entre otras cositas, en seguir haciendo la tarea sin desmayar nunca, jamás… Siempre empujando la carreta, aunque la carreta esté destartalada…

ROMPEOLAS: Es decir, y como el caso de los escritores con vocación y talento, pulir y volver a pulir la narrativa… El Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, por ejemplo, confesaba que con frecuencia se encerraba en el estudio de su casa en la Ciudad de México de ocho de la mañana a dos de la tarde a teclear y hacia el final de la jornada, apenas, apenitas, había escrito tres, cuatro líneas… Y es que, al mismo tiempo, el Gabo echaba tijeras a los párrafos insatisfechos… Y continuaba remando la canoa…

ARRECIFES: En el ideal soñado, un escritor, un periodista, un ingeniero, un arquitecto, un médico, un profesor de segundo, tercero, cuarto, quinto orden, etcétera, lo mejor es “colgar los guantes” y revisar sus atributos, competencias y aptitudes, y agarrar camino técnico y profesional por otro lado… Alguna vez, el pintor David Alfaro Siqueiros confesó que su legítimo sueño en la vida era ser galán… Pero como estaba mal dotado, entonces, se volvió muralista… Y entonces, le sobraban las mujeres… No cualquiera, ya se sabe, puede ser el Pedro Navajas de Andrés García…

ESCOLLERAS: La realidad filosófica y sicológica de la vida es que siempre hay personas mejores que uno y que todos… Con muchas mayores cualidades para estar, ser y trascender y para caminar con los vientos favorables… Incluso, hasta con más suerte y que de igual modo suele contar en los días y las noches buscando un destino superior… Vaya, hasta con madrinas y padrinos para facilitar la escalada en los peldaños del triunfo… Y, bueno, si la persona tiene vocación y talento, entonces, los dioses estarán de su lado en forma permanente… Incluso, hasta buen karma, buen fario y buena vibra y que también suele contar…

PLAZOLETA: En el siglo pasado, por ejemplo, se afirmaba en las salas de redacción de los medios escritos que un reportero sin suerte está jodido… Así sea talentoso… En la semana de la víspera del asalto al Palacio de la Moneda cometido por Augusto Pinochet en contra de su amigo, el presidente Salvador Allende, el reportero Manuel Mejido estaba de guardia en Excélsior… Y cuando llegó un cable informativo, lo leyó y de inmediato fue a casa por su maleta y de ahí al aeropuerto de la Ciudad de México con rumbo a Chile… Y el día del bombardeo fue el único reportero extranjero cubriendo el cuartelazo… La suerte, digamos, de haber estado de guardia aquella madrugada en el periódico…

PALMERAS: El legítimo sueño de cada técnico y profesional, obrero y tallerista, es jugar en las grandes ligas y figurar como uno de los mejores… Y si es posible, como el mejor… Y únicamente puede lograrse con muchísima fuerza de voluntad para que nada, absolutamente nada, haga bajar la guardia y quitarse los guantes… Pulir y volver a pulir toda la tarea, sin excepción… Un segundo después de nacer, el niño llora para llamar la atención… Y la lucha por la vida ha comenzado…