Tres. “Pero nunca formaron parte de la agenda de Cuitláhuac, quien se negó a recibirlos a pesar de (tantas) manifestaciones” (Notiver, José Juan García, AVC).

PASAMANOS: Cuatro. “Nunca los desaparecidos fueron el tema del góber”.
Cinco. “Creíamos en alguien que de verdad iba a hacer algo por nuestros familiares (secuestrados y desaparecidos). Pero nos dimos cuenta que no”.
Seis. “Cuitláhuac se comprometió a que la búsqueda de personas desaparecidas sería una prioridad. No cumplió en los seis años”.
Siete. “Cuitláhuac también garantizó la seguridad de las familias buscadoras. Y las desapariciones van en aumento.
Ocho. “La mayoría de los desaparecidos son hombres”.
Nueve. “Muchos salen al trabajo y ya no regresan. Otros, están en sus casas y se los llevan. Otros, son levantados en operativos”.
Diez. “No ha habido un interés para solucionar todo esto”.

CORREDORES: Once. “El Colectivo ha reiniciado la búsqueda de personas en Villarín”.
Doce. “En los pozos donde buscan cadáveres hay agua y basura. Y la debemos sacar”.
Trece. “La Fiscalía General tiene tres carpetas de investigación por el caso Villarín”, pero sin resultados concretos y específicos.
La verdad, la cruda verdad, al desnudo.
Sin rodeos ni ambages.
Así fue, así es, así está terminando el sexenio de Cuitláhuac García Jiménez.
El desdén. El menosprecio. El desprecio.
La apatía. La indiferencia. Las largas. El pitorreo.
El valemadrismo.
El retrato hablado del obradorismo en el Veracruz ensangrentado.

BALCONES: De hecho y derecho pareciera (es) que para la autoridad estatal los Colectivos (se insiste, 33) son enemigos y adversarios.
Además, de incómodos e indeseables porque significan la parte negra, negativa, sucia, del gobierno del Estado.
Igual, igualito, digamos, que en el deplorable sexenio del priista Javier Duarte, quien por ahora sigue viviendo en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Incluso, acusado por desaparición forzada, parece que sus abogados tumbaron la denuncia y fue retirada y/o archivada que por improcedente.
En aquel entonces, Veracruz convertido “en el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”.
Como ahora, Veracruz, con Cuitláhuac, campeón nacional en feminicidios.
Secuestros. Extorsiones. Y fosas clandestinas.
Además, un lugar privilegiado en desaparecidos.

PASILLOS: El gobierno obradorista de Veracruz así, tal cual, entrará, ha entrado, a la historia local.
El desdén en contra de los Colectivos.
Mientras AMLO, el presidente, ha insistido en “abracitos y besitos” para los carteles “porque también son seres humanos”…
Y convocando el primer mandamiento de la Ley de Dios (“Amaos los unos a los otros”) para los malandros y malosos, sicarios y pistoleros”…
En Veracruz, el menosprecio del góber xalapeño.
Insólito que López Obrador lo dejara hacer y deshacer a su antojo sin garantizar la seguridad en la vida y los bienes.
Más, mucho más, en la vida, porque en todo caso, los bienes van y vienen… si regresan.

VENTANAS: ¡Qué lamentable, duro y rudo, triste, desalentador, para los ocho millones de habitantes de Veracruz el estilo personal de ejercer el poder y gobernar de Cuitláhuac y los suyos!
Igual, igualitos fueron muchos de sus antecesores.
Pero ni hablar, son los dueños del poder político, el poder económico y el poder social.
Desdén por la vida.
Y al mismo tiempo, soberbia, engreimiento y altivez.
Y frivolidad y vanidad en su más alto decibel.
En todo caso, así lo quiso y deseó y permitió Andrés Manuel López Obrador.