Cuenta la historia de un delirio de grandeza del joven Enrique Ávila Contreras, subdirector administrativo de Radio Televisión de Veracruz.
Ávila Contreras llegó al cargo a través de su padre, quien sostiene relación profesional con el góber jarocho.
Incluso, y luego de unas encuestas favorables que le aplicaran.
Y como la ley señala que al titular de TV Más lo nombra el secretario General de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, se le hizo fácil imponer a su sobrino, Víctor Cisneros.
Y Víctor Cisneros y Enrique Ávila chocaron en automático. Cada uno jugando a la pulseada y tratando de ganar.
“Aquí mando yo” habrían exclamado como la Fiscal General cuando tomara posesión.

DOS. Soberbia y engreimiento

De acuerdo con Oved Contreras, Enrique Ávila se exhibió a sí mismo en su prepotencia y altivez.
A, fue en un torneo de tenis organizado por los dueños de la cadena de cafés, Don Justo.
Entonces, llegó al Club Britania con su pareja y muy fregón peleó un lugar en el estacionamiento.
B, intimidó a un conductor que ya estaba.
C, el conductor se levantó del coche y “le acomodó un golpe en la cara que lo mandó hasta el suelo”.

TRES. “Orgullo abollado”

D, así, llegaron otras personas y lograron pacificar al par de boxeadores.
E, y uno con el otro (“con el orgullo abollado”), se retiraron.
F, más, porque cuando el otro asestó el golpe a Enrique Ávila, en el suelo “estaba pidiendo ayuda”.
G, la gente testigo “se quedó al chisme y comenzaron a reír”.

CUATRO. Periplo en Acapulco

Según Oved, días después del desaguisado, Ávila Contreras voló a Acapulco a la competencia de tenis.
Y con todo, en el trascendido corre la versión de que la autoridad lo investiga “porque los libros contables no cuadran”.
La exclusiva del colega está a tono con el título de su columna: “Secas… mecas”.
Madrazo seco a la soberbia, la altivez y la petulancia de creerse y sentirse impoluto, infalible, a la sombra del obradorismo.
Por fortuna, al sexenio de Cuitláhuac falta un semestre y, claro, muchas cosas pudieran suceder.

CINCO. Vidas paralelas, pero lejos

Enrique Ávila y Víctor Cisneros son egresados de la facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana.
También Oved Contreras.
Y sus caminos académicos nunca se encontraron ni toparon pues pertenecen a generaciones diferentes.
Y ahora, con estas cositas de la política, más alentador como el adagio popular de que “entre más lejos… mejor”.
Con todo, si las deferencias entre Cisneros y Ávila siguieron germinando en tierra fértil, entonces, hacia el final de la jornada sexenal, el director de TV Más va de gane.

SEIS. El poder embruja

A la luz de la sicología resulta lógica la actitud del subdirector administrativo de TV Más.
Nada más riesgoso que nombrar en un cargo público…
Y más, mucho más, con presupuesto de por medio…
Y más con subalternos…
Y más operando el destino laboral de otros muchos.
Por una sola razón de peso y con peso:
La silla del poder embruja, hace perder el piso y la perspectiva, envuelve en la soberbia y hace levitar a las personas.
Más cuando ninguna formación política, sicológica, social, laboral y administrativa se tiene.
Pero desde Cleopatra, Julio César y Marco Antonio, todo poder es efímero.
Y los errores, como en la Roma de entonces, se pagan hasta con el asesinato caso Julio César y el suicidio caso Cleopatra.