Mártires y heroínas
I (Con tanto feminicidio, el altar de la patria)
32 (treinta y dos) años. Tres disparos (los mismos que a Rosita Álvarez en canción de “El Piporro”) rafagueados en su cuerpo. Uno era mortal.
Fue en Felipe Carrillo Puerto. En la zona centro de Veracruz.
Las activistas dirían: “Una más”, góber precioso.
Luis Velázquez
Se llamaba Yeraldín. Dos hijos menores. Los dos, originarios de Cuitláhuac, el pueblo cerquita del inmortal Yanga, el héroe de la negritud.
Par de sicarios se encargaron del operativo. La noche del domingo. “Nunca en domingo” dice la canción norteamericana. En el poblado Arroyo Azul.
Un testigo por ahí dijo que de pronto, cuando ella caminaba en la calle hacia las 20 horas, dos hombres se le acercaron.
Y con saña, barbarie, alevosía, ventaja y premeditación, además de toda la mala leche del mundo, le dispararon.
A corta distancia.
Luego, tan campantes, tan serenos, tan fresquecitos, se perdieron en la noche salvaje y truculenta de un Veracruz ensangrentado y en el primer lugar nacional en feminicidios.
Se ignora si el testigo aquel pudo recordar los rasgos físicos de los malandros.
Y/o en todo caso, los recordó, pero el boletín policiaco reservó los datos para seguir la pista a los asesinos.
Ellos, a estas alturas, habrán volado, no al cielo, sino al infierno, donde el jefe de jefes de seguro los protege y blinda.
Es el Veracruz como único legado de la generación guinda y marrón en el poder sexenal.
Las mujeres, las víctimas número uno del tsunami de incertidumbre y zozobra. Inseguridad e impunidad.
Y de ñapa, la autoridad estatal “dándose golpes de pecho” con la inocencia pura por delante.
Cuitláhuac García, el fiasco.
La estafa.
¡Lástima del sexenio perdido de la llamada “purificación moral y honestidad valiente”!
II (Cuitláhuac “ni la lengua se muerde”)
Ante el feminicidio desbordado, fuera de control oficial, el góber obradorista (ajá) ha reaccionado de diferente modo.
Por ejemplo:
Cuando en el informe de gobierno en Tlacotalpan asegurara “sin morderse la lengua” que “aquí las mujeres pueden soñar”.
Cuando inculpara a los medios de tantos feminicidios porque “presentan realidades inexistentes”.
Cuando asegurara que “ya están identificados los presuntos feminicidas” y pronto, pronto, pronto, “antes del cántico del gallito” bíblico “serán detenidos”.
Cuando jurara y perjurara que ningún feminicidio caería en la impunidad.
Cuando declarara que los feminicidios y el oleaje de muertos “va en caída libre hacia abajo”.
Simplemente, puro chorizo. Puro rollo. Pura “tomadura de pelo”. Pura venta de esperanzas ramplonas, baratas, demagógicas y populacheras.
Y le ocupan y preocupan tanto los feminicidios que por ejemplo a cada ratito trepa en las redes sociales videos en la frivolidad y la vanidad.
El penúltimo, jugando boliche.
El último, jugando beisbol y cachando la pelota en una pose llena de virilidad.
Mientras, la sangre femenina escurriendo en los doscientos municipios.
Y AMLO, el presidente, sin asestar un manotazo en defensa de las mujeres asesinadas en el Estado jarocho.
Y la senadora Gloria Sánchez, levantando la voz solo para defender, primero, a Cuitláhuac contra el Complot Mediático para derrocarlo.
Y después, a Rocío Norma Nahle García por la mansión en el fraccionamiento “El Dorado” en Boca del Río.
La matanza de mujeres en Veracruz le vale a la profesora senadora de la república.
También a Nahle, asegurando que los machos la acosan a propósito de su mansioncita.
III (Sigue escurriendo sangre femenina)
En lugar de que el góber lance un operativo singular y extraordinario para frenar, disminuir, abatir, desaparecer el feminicidio sale con su “domingo 7” de repetir como chachalaca frases célebres, memorables y bíblicas de AMLO, el presidente.
Creyendo así, quizá, que con la varita mágica del Edén el grave pendiente social será conjurado.
AMLO, pues, como el chamán para los momentos duros y rudos y adversos y difíciles en Veracruz.
Ningún ciudadano con credencial de elector necesita una bolita de cristal para profetizar que en el Estado jarocho seguirá escurriendo sangre femenina…
Cuitláhuac, “no tiene llenadera” como dijo el famoso cuenqueño…
Las mujeres feminizadas, las mártires y heroínas de Veracruz en el siglo XXI.
Antes, en el siglo pasado, los mártires y héroes de Río Blanco.
Antes, los nueve jarochos sublevados a nueva reelección de Porfirio Díaz Mori y ejecutados con tiro de gracia, mártires y héroes.
Los cuarenta mil agraristas asesinados por los socios de “La mano negra”, mártires y héroes.
La mayor parte de los diecinueve reporteros asesinados en el sexenio de Javier Duarte, héroes.