Además de Texas, el más encendido y volcánico, los gobernadores republicanos, partido de Donald Trump, de Oklahoma, New Hampshire y Georgia, cabildean reproducir la ley texana antiinmigrante.

PASAMANOS: Peores días truculentos y huracanados se acercan.
Más si Trump queda con la candidatura presidencial del Partido Republicano, como todo indica, porque en automático se podrán mas duro y rudo contra los migrantes y a quienes ha calificado de terroristas y criminales.
Y aun cuando AMLO, el presidente, diga (ajá) que se debe al proceso electoral, ninguna respuesta de Estado significa.
Digamos, una especie de salida por la tangente para evitar una fisura con Trump y de quien en su momento amigo se declaró.
Con todo, para un jefe del Poder Ejecutivo federal siempre han de estar los migrantes por encima de los Trump y los Joe Biden.

CORREDORES: En Texas la ley faculta a policías y jueces para detener y deportar a sospechosos de ser ilegales.
Por ejemplo, si caminas como mexicano y miras como mexicano y hablas como mexicano y sales corriendo como mexicano… bajo sospecha, en automático la policía se lanza en contra y detiene y deporta.
Y en Oklahoma, Georgia y New Hampshire también quieren rellenar sus cárceles con migrantes y con penas de hasta veinte años de prisión.
En el fondo, y en el cuarteto de entidades anteriores, se debe a que parte sustancial de la población (que los eligiera en las urnas) son racistas, xenófobos y segregacionistas.
El Klu Klux Klan del siglo XXI.
Y sin máscara de por medio como en el siglo pasado contra la población con piel oscura y muy oscura.

BALCONES: El gobierno de Joe Biden y algunas organizaciones civiles han impugnado la dichosa ley.
Pero sin ningún resultado. Basta referir que trio de gobernadores del Partido Republicano han levantado la mano para reproducir la ley texana conocida como SB4.
Tantito peor, todos los estados de la Unión Americana se han convertido en estados fronterizos.
Y por añadidura, todos dando la bienvenida a la Ley Texas.
En el mundo ya conocen la Ley Texas como “la actual crisis de la inmigración ilegal”.

PASILLOS: Los migrantes agarran camino a otras naciones por un par de razones de peso y con peso.
Una, el desempleo, el subempleo y los pichurrientos salarios.
Todo, originado por la errática política económica en sus países para animar y reanimar la creación de fuentes de trabajo en las regiones indígenas, campesinas, suburbanas y urbanas.
Y, claro, cubiertas con justicia laboral. Salarios dignos para enaltecer la calidad de vida familiar.

VENTANAS: Y dos, la incertidumbre, la zozobra, la inseguridad y la impunidad en cada amanecer y anochecer.
En un lado, la delincuencia organizada. Y en el otro, la delincuencia común.
Más cuando está probado que la política del “Amaos los unos a los otros” y la política “abracitos y besitos” para los malosos porque “también son seres humanos” significa la peor estafa de un gobierno.
Y de un gobierno que, con sus rollos baratos, ramplones, demagógicos y populistas sigue envolviendo a la población electoral de que es “el camino correcto de la historia”.
Por eso, la terrible pesadilla de la política migrante de Estados Unidos.