Incluso, memorable y citable aquel tiempo cuando hasta ceremonia ex profeso efectuaron en el WTC de Boca del Río para dar la bienvenida a veinte alcaldes renegados de su partido y afiliados al viejo PRI.

PASAMANOS: El último corsario político migrante de un partido, Movimiento Ciudadano, a MORENA, es el presidente municipal de Mecatlán, Bonifacio Antonio Sosa.
Feliz y dichoso de su estrategia política, Esteban Ramírez Zepeta, presidente de MORENA en Veracruz.
El Zepeta que en el proceso electoral anterior pidiera a los políticos guinda y marrón que dejaran de pelearse porque “hay más de dos mil cargos públicos para repartir”.
Ahora, con el PRI del siglo XXI como es MORENA, el pirateo de políticos “en la plenitud del pinche poder”.

CORREDORES: La última priista en la reconversión ideológica fue, por ejemplo, Anilú Ingram Vallines.
Ex diputada federal y diputada local en funciones (por segunda ocasión), directora de Radio con su amigo de entonces, Javier Duarte, desertó del partido tricolor luego de veinte años de militancia y en donde fue “de todo y sin medida” como canta José José.
Mirando lejos, Ingram desató su fortuna política con la familia priista en el poder y prefirió probar suerte en MORENA.
Unos días después de su dimisión, abrazada con Claudia Sheinbaum Pardo en el Estado de México.
Entonces, dejó pasar un ratito y abrazada con la zacatecana, candidata de AMLO, el presidente, a la gubernatura.

BALCONES: Toda la vida han existido políticos camaleónicos.
Incluso, asegura que es una de las razones de peso y con peso para la fragilidad democrática en el mundo.
En el caso del Veracruz de la 4T y el obradorismo, la misma estrategia del priista Érick Lagos.
El pirateo político. Todo por Nahle en la mirada de Zepeta.
Más cuando en la vida pública se milita y busca el poder sin principios ni valores.
Y, bueno, cuando MORENA admite a todos, la evidencia probada de que “la purificación moral y la honestidad valiente” vale cero. Nada. Y nada es nada. Ni siquiera el limbo.

PASILLOS: De entrada, los políticos brincoteando de un partido político a otro ningún respeto merecen.
Además, en automático quedan sin autoridad moral… si la tuvieran.
Se van atrás del “hueso”. En ningún momento para servir a una población en la miseria y la pobreza como en Veracruz.
Toda su fortuna política (si la tuvieran) para el mejor postor.
MORENA, por ejemplo, y por ahora, “en los cuernos de la luna”.
El partido de moda.

VENTANAS: Zepeta se cree un político de primera y por eso mismo, alardea en el palenque público la seducción de un político más opositor incorporado a la 4T y MORENA.
Incluso, y de paso, y como en el caso del alcalde de Mecatlán, festinando que cada vez se fortalece la zacatecana candidata obradorista a la gubernatura cachando a los enemigos y adversarios.
Una cosita es que un presidente municipal cambie de partido como de ropa interior y otra, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia, que de igual modo la población gobernada.
Los camaleones del siglo XXI.