gobernadora sustituta cuando soñó con la candidatura presidencial.
Luego, el revire y su proyección para el Senado.
Y después, para presidenta municipal.
Y de Enrique Alfaro, caray, el libro número catorce del periodista y escritor Ricardo Ravelo Galo intitulado “El amo de Jalisco” es contundente documentando cada uno de los puntitos negros de su sexenio.

DOS. Malas amistades

Enrique Alfaro se soñó candidato presidencial y fue “bajado del caballo” por Samuel García.
Sueño legítimo que tuvo luego de su desempeño como presidente municipal de dos pueblos en Jalisco, diputado federal, senador y gobernador.
Pero en el camino, caray, y como lo expone Ravelo, sus amistades peligrosas con los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Incluso, un político soberbio, rudo y duro, por ejemplo, amenazando a los periodistas críticos a su estilo personal de ejercer el poder.

TRES. El amo de Jalisco…

Durante muchos meses, Ravelo siguió la pista en la tarea de gobernar al góber precioso del MC.
Los negocios. El enriquecimiento ilícito teniendo como uno de los socios, aliados y cómplices a un excuñado. El tráfico de influencias para el reparto de notarías.
Y el reparto del territorio jalisciense entre los carteles de la droga.
“Más que los pelos de la burra, (Ravelo) tiene la burra completa” bien apersogada con los hechos delictivos del góber precioso de Jalisco.
Por eso, quizá, Alfaro prohibió el libro de Ravelo en la Feria Internacional del Libro efectuada en Guadalajara.
Por fortuna, la actitud intolerante y violenta del góber sirvió para que “El amo de Jalisco” se convirtiera en un best seller en un dos por tres en la lista de Amazon.

CUATRO. Esposita, al poder

Tremendo desencanto de Alfaro (y también de Samuel García, el joven mesiánico ejerciendo el poder en Nuevo León al alimón con su esposita).
Deplorable, desestimulante, catastrófico para la autoridad política, social y moral del partido fundado por el senador Dante Alfonso Delgado Rannauro.
Es más, en el camino sexenal de Jalisco, Dante se ha raspado con Alfaro por su estilo de ejercer el poder.

CINCO. Corrupción política mundial

En ningún momento es un caso aislado en un país encumbrado en el ranking mundial de la corrupción política como lo dejara el PRI.
Tampoco un caso excepcional de un góber ligado al narcotráfico y la delincuencia organizada.
Ni un góber con una tribu política corrupta, pilla y ladrona.
Bastaría referir, por ejemplo, que en Guerrero, con la hijita del senador Félix Salgado Macedonio tampoco “cantan mal las rancheras”.
Y eso que pertenecen y militan en la 4T, el obradorismo y MORENA.

SEIS. Simple chorizo

Eso de la honestidad de los políticos es un cuento chino. “Una tomadura de pelo”.
Desde que Judas vendió a Jesús por treinta monedas a los jefes políticos fariseos…
Y desde que cada jefe indígena desde Yucatán hasta Veracruz y hasta la vieja Tenochtitlán, incluido Moctezuma, enviaron veinte burritos cargados de oro y veinte doncellas, todas vírgenes, a Hernán Cortés…
Queda claro que para los políticos la estrategia efectiva para seducir a los demás es la corrupción.
Y ni modo que Enrique Alfaro fuera la excepción.
“El amo de Jalisco” de Ricardo Ravelo significa un documental duro y lapidario.