Un burócrata del Ayuntamiento de Miahuatlán.
Depositaría doscientos mil pesos en el banco.
Pago de la nómina municipal.
Dos sicarios se le aparecieron. Desde luego, lo seguían. Iban en motocicleta… para huir lo mejor posible.
Y se llevaron el dinerito de la nómina.
Juan Javier Gómez Cazarín y Zenyazen Escobar comiendo tamales.
El Veracruz de Cuitláhuac García. El apostolado social para garantizar la seguridad en la vida y los bienes.
¡Hosanna, hosanna, gloria a Dios en las alturas!

PASAMANOS: El arzobispo y los obispos de Veracruz han levantado las plegarias a Cuitláhuac, el dios terrenal de Veracruz, para pacificar Veracruz.
También las ONG y los ciudadanos organizados en comités de vigilancia en sus barrios.
Y de igual modo, los familiares de las mujeres asesinadas.
Y los Colectivos, integrados con padres con hijos secuestrados y desaparecidos.
Y académicos de la Universidad Veracruzana porque los maestros de otras casas de educación superior entre “más calladitos más bonitos”.

CORREDORES: En contraparte, el tsunami de asaltos, robos, atracos, secuestros, desaparecidos, extorsiones, tiradero de cadáveres sigue imperturbable en un Veracruz ensangrentado.
Y el pobrecito góber frívolo y vanidoso inculpando a la prensa “de presentar cosas inexistentes” pues, y como está convencida la gloriosa senadora Gloria Sánchez existe una Conspiración Mediática para derrotar al góber de la colonia Macuiltépetl de Xalapa.
Pero, bueno, mientras el desdén y el menosprecio de la 4T, MORENA y el obradorismo jarocho lleva a sus diputados locales a convertir el Palacio Legislativo en un tianguis de tamales, digamos, “haciendo patria del lado correcto de la historia”, ni hablar.
Ellos son los autistas del Palacio. Se escuchan y halagan entre sí. Y en la calle y la avenida, en los pueblos y las ciudades urbanas vibra un infierno llamado Veracruz.
Del infierno de Javier Duarte y Agustín Acosta Lagunes al infierno de Mr. García (Cuitláhuac).

BALCONES: Los sicarios y pistoleros y raterillos y ladronzuelos están adueñados del Estado jarocho hacia el sexto y último año sexenal guinda y marrón.

PASILLOS: Y como ha sucedido desde el primer año, el góber un adorador de Poncio Pilatos “lavándose las manos”.
Además, inculpando a los antecesores del Veracruz turbulento y huracanado que le dejaron y que en ningún momento ha podido revertir en cinco años y dos meses y días de ejercer el poder.
Peor, mucho peor, cuando se recuerda, por ejemplo, que al capitán Fernando Gutiérrez Barrios bastaron cuarenta días y noches para pacificar Veracruz con aquella famosa y peligrosa “Sonora Santanera”.
Los caciques de norte a sur y de este a oeste del Estado jarocho apropiados aquel entonces de la vida pública.
De hecho y derecho, el antecedente de los carteles.
Y como siempre, tolerados desde adentro del aparato gubernamental.

VENTANAS: Los malos se extienden.
Robos en joyerías en plazas comerciales.
Robos a clientes en cafés en plazas comerciales.
Asaltos a pasajeros en autobuses urbanos y suburbanos.
Asesinato de ancianos en sus casas con el único objetivo del robo.
Ejecuciones de padres de familia delante de sus hijos.
Quince cadáveres en hieleras y piletas tirados en un puente.
Asesinato de hermanos en la vía pública y en la carretera.
Y Cuitláhuac García festinando que Claudia Sheinbaum lo invitó a su gabinete legal.
Así es Cuitláhuac.
Y así lo aceptó AMLO, el presidente.