Por ejemplo, “te quiero, te pienso, te extraño, estoy agradecido contigo porque alegras mis días, te bendigo y deseo lo mejor entre lo mejor”…

ROMPEOLAS: Desde luego (“la realidad es así y ni modo qué le vamos a hacer”), pocos, excepcionales, padres enseñan a los hijos a ser agradecidos con quienes ayudan y ayudan bien y ayudan en las buenas, pero más, mucho más, en las malas… Incluso, más cuando los otros adivinan, sienten, olfatean, los vientos desfavorables y huracanados padecidos… Con todo, en el camino de la vida suele aparecer gente para quienes los demás están obligados a ser generosos, solidarios y hasta obedientes… Pero, al mismo tiempo, ha de recordarse que la amistad (y mucho más, la fraternidad) son autopistas de ida y vuelta, pues únicamente así la relación se enaltece…

ARRECIFES: Los jefes, por ejemplo, en la oficina, la empresa, la industria, la fábrica y el surco… Y los patroncitos, están convencidos que los subalternos están obligados a dar sin esperar nada a cambio… Vaya, los hijos de los ricos, pudientes y riquillos suelen ser educados únicamente para recibir… Pero nunca para dar… Así crecen y desarrollan y tal cual llegan a la edad adulta… Con todo, igual de significativo (y alentador) es decir a una persona que se le quiere y ama como nunca, jamás, jamás, jamás, reprochar cosas…

ESCOLLERAS: Agradecidos, pues, con todos… Los padres, los hermanos, las parejas, los hijos, los amigos, los compañeros en el salón de clases y en la chamba y los jefes, los patrones, los profesores… Y, claro, en ningún momento equivale a poner la otra mejilla cuando han abofeteado la primera… Una relación, entonces, basada en el respeto y la reciprocidad… Y que nunca se entiende como agachar la cabeza, sino al contrario, vivir los días y las noches y los meses y los años con dignidad… Tú me respetas y yo también… Yo te valoro y tú también… Tú, digamos, me orientas… Y yo también… Simplemente, la sabia enseñanza popular de “te doy y me das”…

PLAZOLETA: Digamos, aprender a manifestar el afecto y dar con hechos pudiera interpretarse como parte de la llamada sociedad ideal, sociedad fraterna, sociedad igualitaria, sociedad humanística… Cierto, y en todo caso, una utopía… Más, cuando por ahí el viejito del barrio recuerda la frase memorable y citable de que “el hombre es el lobo del hombre”… Y por lo general (y por desgracia) pocas, excepcionales personas son afectivas y agradecidas… “Chinga, porque atrás vienen chingando” asienta el refrán popular…

PALMERAS: Más se ganan caminando las horas del día con el respeto y la gratitud por delante… Es más, el índice de productividad suele incrementarse en el taller, la fábrica y la oficina… El patrón dando las gracias a los empleados… El profe en el salón de clases reiterando las gracias a los estudiantes por su aplicación y disciplina… El capitán del equipo felicitando a los mejores jugadores… Y alentando a los demás… Es más, felicitando a la pareja en casa por la buena sazón y la ropita bien lavadita y planchadita…