el púlpito de Palacio Nacional.
Así lo reitera la politóloga y escritora y activista y académica Denise Dresser en su último exitoso libro, “¿Qué sigue?, veinte lecciones para ser ciudadano ante un país en riesgo” de la editorial Aguilar.
“Un párroco frente a sus feligreses. Un cura ante su congregación”.
El pastor de almas predicando, y por añadidura, “dando lecciones de moral”.

DOS. Único político honesto

Pero una moral (¡ay la purificación moral y la honestidad valiente!) donde él se muestra, exhibe y promueve como el único honesto, íntegro, honrado.
Y todos los demás (opositores, enemigos, adversarios, políticos de otros partidos, empresarios, intelectuales, historiadores, ensayistas, columnistas, articulistas, reporteros y medios, entre tantos otros) son pillos, ladrones y corruptos.
Incluso, corruptazos.
Simplemente, la misma historia exhibida por otros escritores y reporteros que recién han publicado sus libros.
Por ejemplo, la periodista Elena Chávez con el libro “El gran corruptor”.
Y José Gil Olmos, de la revista Proceso, con el libro “El pastor de almas”.

TRES. Mezcla religiosa

AMLO, el presidente, es una mezcla religiosa de la iglesia católica y apostólica, la adventista, los cristianos y los testigos de Jehová.
Y desde esa rara y extraña mezcolanza, adoctrina a los feligreses de su capilla.
Es decir, la república de la sociedad ideal, la sociedad igualitaria, la sociedad fraterna, y que simple y llanamente, constituye un pitorreo, una mofa, una burla, pues nunca en la historia de la humanidad han cuajado.

CUATRO. Embrujó a Muñoz Ledo

AMLO es tan seductor que en momento estelar embrujó a Porfirio Muñoz Ledo, un político experimentado quien iniciara su trabajo en la administración pública a los 17 años de edad en una oficina de prensa del gobierno federal.
Entonces, Muñoz Ledo dijo lo siguiente citado por Dresser: “Andrés Manuel López obrador ha tenido una transfiguración. Es un personaje místico, un cruzado, un iluminado.
Se ha dicho que es un protestante disfrazado.
Es un auténtico hijo laico de Dios y un servidor de la patria”.
Caray, ha de recordarse que el sacerdote José Alejandro Solalinde descubrió en la navidad del año 2018 que “López Obrador tiene mucho de Dios”.
Muñoz Ledo y Solalinde, levitando en viaje espacial.
Pero, bueno, si ellos quedaron hipnotizados por AMLO podrá el lector imaginarse el efecto sicológico de AMLO en los indígenas, campesinos y clase media baja y media baja y quizá media alta.

CINCO. Guía espiritual

Desde el mes de diciembre del año 2018 cuando tomara posesión, AMLO se volvió un guía espiritual.
De hecho y derecho, el curita sentado en el confesionario perdonando los pecados de su feligresía a cambio de la lealtad y la fidelidad total y absoluta.
Como, por ejemplo, los llamados Siervos de la Nación (las Camisas Rojas de Tomás Garrido Canabal, el góber comecuras de Tabasco) dispuestos a inmolarse en la plaza pública “tirando su espada en prenda” por el hijo predilecto de Macuspana.

SEIS. País fracturado

Predicador y brujo, AMLO ha partido el mundo mexicano en par de realidades observa Dresser: “Buenos contra malos. Los de abajo contra los de arriba. Los conservadores contra los liberales. Los privilegiados contra los desposeídos. El pueblo contra los fifís”.
Es el nuevo Moisés guiando a su pueblo a la tierra prometida.