Relaciones de parejas
**Regar el jardín
**Tarea de dos
UNO. El jardín se seca...
La inscripción más importante en un templo de Egipto, allí donde reinó Cleopatra, era la siguiente: “Nuestro amor vivirá hasta que los dos lo matemos”.
Luis Velázquez
Y, bueno, salvo la mejor opinión del viejito del barrio con tanta experiencia, el dicho ranchero en el país es más concreto y específico: “Si alguien deja de regar el jardín… el jardín se seca”.
De algún modo la frase bíblica de Octavio Paz en el libro “La llama doble” donde asienta que en una pareja una en verdad quiere y ama y la otra está por interés.
DOS. Relación fuera de control
En sus treinta libros sobre el deseo, el amor, la pasión y el sexo, Sigmund Freud describe las relaciones de pareja.
Y entre otras cositas y hechos asegura que en la mayor parte de los casos la pareja rompe y destruye la vida conyugal cuando el aburrimiento y el hastío se atraviesan.
Y fermentan en el lecho conyugal.
Podrá el hombre dar todo y con todo a la pareja y a los hijos, pero si descuida en la intimidad y el tálamo a la esposa, la novia y/o la amante entonces la relación descarrila.
TRES. “La curiosidad mató al gato”
A veces, la curiosidad es el punto de partida para la ruptura.
El caso, por ejemplo, contado en el filme cinematográfico “Bella de día” por el cineasta español Luis Buñuel con la actriz francesa Catherine Deneuve.
Una amiga y un amigo le picaron el interés por las casas de cita.
Y fueron tan convincentes que ella terminó en una casa ofreciendo su servicio sexual como una furcia.
Por más y más que amaba a su pareja, un médico famoso en París.
CUATRO. Parejas explosivas
Con todo, la leyenda en el templo egipcio es determinante.
Una relación se va a pique por culpa de los dos.
Por ejemplo, si los dos en la pareja tienen un carácter y un temperamento y una forma de ser, estar y trascender violento, entonces, en ninguno cabe la prudencia y la mesura y la vida se vuelve un costal de perritos y gatitos.
Y más temprano que tarde, a la violencia verbal llegará la violencia física y la vida será un cóctel explosivo.
Por el contrario, si en la pareja una persona, digamos, es explosiva, y la otra, mesurada, siempre predominará un entendimiento mutuo.
Y el llamado juez de paz llevará a un desenlace dichoso y feliz.
CINCO. Tarea de dos
Está comprobado que la amistad como el amor son una autopista de varios carriles tanto de ida como de vuelta.
Casi casi como aquel proverbio popular de que “te doy y me das” y en partes iguales y justas.
Y cuando una parte falla, ni hablar, la fisura bien puede extenderse y multiplicarse y terminar de forma explosiva.
Todos los días y noches, entonces, ha de regarse el jardín. Sin pasarse de agua ni tampoco sin que sea insuficiente.
Y si hay hijos, razones de peso para aplicarse en el surco.
SEIS. Prudencia y cordura
En ocasiones el único camino es un sicólogo, un siquiatra, un terapeuta familiar y hasta un sacerdote.
Siempre y cuando, desde luego, las partes deseen salvar la relación.
Cada parte en su lugar.
Los pros y los contra en el desván con toda la frialdad serena y acuciosa del mundo.
Los profesionales cavilando y cavilando sin tomar partido por uno porque de ser así el tren descarrila y pasando por un puente derecho, derecho, al abismo.