Guerrero del Edén
**La lista negra
**Un hombre frente al mundo
UNO. El luchador del Edén
Todos los días, en “La mañanera”, AMLO, el presidente, se trepa al púlpito del Palacio Nacional. Y desde allí, pontifica, absuelve y condena.
Desde sus orígenes fue un líder combativo, guerrero, luchador, trepado en el ring social.
Luis Velázquez
En su historia aquellas marchas con indígenas y campesinos de Villahermosa, Tabasco, a la ciudad de México, en contra, entonces, de los pozos petroleros de Pemex.
El opositor al sistema político priista de entonces con todo y su paso como presidente del CDE del PRI del Edén.
DOS. Líder pugilista
Ahora, y como jefe del Poder Ejecutivo, no ha logrado transitar de la oposición beligerante al poder responsable según escribe la politóloga, escritora, activista y articulista, la maestra Denise Dresser, en su último libro “¿Qué sigue?, veinte lecciones para ser ciudadano ante un país en riesgo” de la editorial Aguilar.
Un líder peleonero y pugilista, entonces, escribe Dresser. Ahora, igual, igualito.
Quedó pues, estacionado, en sus días fogosos de Tabasco cuando, por ejemplo, en una fotografía tomada aparecía con la camisa ensangrentada luego de una trifulca de los indígenas y campesinos con las corporaciones policiacas.
TRES. Pitorreo y mofa
Todos los días, AMLO suele pelear con sus enemigos, adversarios y opositores a quienes tiene calificados como neoliberales.
Por lo general, expone a todos desde el Palacio Nacional. Exhibe a los críticos. Ironiza. Se pitorrea. Se burla. Se mofa.
Ellos, los pillos, los ladrones, los corruptos. “¡Corruptazos!” les ha denominado desde hace cinco años.
Les reprocha cosas del pasado. Evidencia y cuestiona.
Entonces, una vez expresada su condena, los Siervos de la Nación, los chairos de MORENA y la 4T, los policías civiles del Edén, se lanza contra ellos.
CUATRO. Lista negra
Por lo general, siempre atacando a los opositores.
En la lista negra, los jefes tribales de otros partidos políticos.
Intelectuales, historiadores, escritores, ensayistas, reporteros, columnistas, medios, activistas sociales, ONG, Colectivos integrados con padres con hijos secuestrados y desaparecidos y asesinados, forman parte de su amplia y gigantesca lista negra.
La más grande polarización de la historia y que nunca alcanzó a darse con Benito Juárez García, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas del Río, tres de sus héroes patrios, y a quienes sigue obsesionado con rebasar por la izquierda, el centro y la derecha en honestidad y autoridad moral intachable.
CINCO. La gloria de un hombre
Y si durante cinco años la ha pasado predicando y pontificando desde la homilía del Palacio Nacional, entonces, estará convencido de que su espacio en la historia, la gloria y la inmortalidad será mucho más grande que los de Juárez, Madero y Cárdenas.
Ellos, con “la ostensible autoridad moral” de AMLO (escribe Dresser) han sido reducidos a una caricatura, una mala copia Xerox, unos párvulos de la purificación moral.
Bastaría referir la adoración sin límites de los beneficiados con los programas sociales (los viejitos, los más encendidos), bequitas de cinco mil pesos, aprox., cada dos meses.
SEIS. Me equivoqué: Denise Dresser
Dresser lo confiesa: “Aunque lo hice con ambivalencia, voté por AMLO y el cambio que prometía. Me equivoqué”.
Es lo mismo que sucedió con millones de ciudadanos de a pie y motorizados.
López Obrador levantó muchas, demasiadas expectativas en el año 2018 en la elección presidencial.
Más porque venía de una lucha social en defensa de los indígenas y campesinos.
Y de una lucha política derrotado en par de ocasiones. Primero, con Felipe Calderón Hinojosa. Y seis años después, con Enrique Peña Nieto.
Pero pronto, llegó el desencanto, la desilusión y la frustración política, social, económica y moral.