Agradar a mujeres
**Clave para triunfar
**No hay hombre sin mujer
UNO. Mujeres, clave para escalar
En la novela “La conquista de Plassans”, el escritor francés, Emilio Zola, pone en labios de una mujer la siguiente frase bíblica dicha a un sacerdote:
“La clave para triunfar en la vida es agradar a las mujeres. No lo olvide”.
Luis Velázquez
Y, bueno, de algún modo reproduce la frasecita de la señora madre de Fidel Herrera Beltrán cuando saliera de Nopaltepec, en la sierra de Papaloapan, a conquistar el mundo político:
“Nunca pelees con una mujer porque es como pelear con doscientos hombres al mismo tiempo”.
DOS. Pivote de Lenin
Un secreto de Adolf Hitler, por ejemplo, fue seducir a las mujeres alemanas, esposas de políticos y magnates poderosos, dueños de la vida pública y del dinero privado.
Nunca Lenin hubiera llegado tan lejos, iniciador de la revolución rusa, si las mujeres a su lado (desde la madre hasta las hermanas, las esposas y las amantes) hubieran dejado de ser el pivote de su vida en todos los menesteres.
Rasputín se volvió el dueño de las neuronas, el corazón y el hígado de los zares cuando la esposa de uno de ellos se convenció de su poder milagroso para curar a su hijo menor enfermo de gravísimo mal incurable.
TRES. Acceso al poder
Ignacio de la Torre, el hijo de magnate ranchero con vocación gay, jamás habría accedido al primer círculo del poder del dictador Porfirio Díaz Mori sin enamorar ni seducir a su única hija y quien confiada en su virilidad le abrió el corazón y casaron.
El dicho popular es concreto: “Atrás de un gran hombre siempre existe una gran mujer”.
Caray, las mujeres amantes del filósofo, político y escritor, José Vasconcelos Calderón, lo catapultaron hasta el Ministerio de Educación con el presidente Álvaro Obregón y a la candidatura presidencial independiente.
CUATRO. Sacerdote en la cúspide
A partir del momento, el sacerdote en la novela de Emilio Zola se aplica en la conseja y su primera alianza con una mujer y luego con montón de mujeres es fundar una casa de asistencia social para niñas desamparadas.
Luego, siguió creando más fundaciones y al mismo tiempo, construyendo poderío político y llegando a los hombres a través de sus parejas.
CINCO. No hay hombre sin mujer
Antes, mucho antes, solía afirmarse que en la política, por ejemplo, “no hay hombre sin hombre”.
Es decir, cada político triunfante y exitoso suele ascender y encaramarse en el poder debido al padrinazgo de un político poderoso.
Pero de pronto, las mujeres se volvieron decisivas abriendo las puertas, primero, de sus parejas, y luego, de sus jefes.
Claro, también han existido mujeres opositoras, mejor dicho, en contra, y quienes han zambullido a los hombres, sus críticos, adversarios y enemigos, en el peor infierno de la vida.
Y como en los casos de Cleopatra, la reina de Egipto, y Olimpiada, la mamá de Alejandro El Magno, hasta ordenando asesinando.
Mujeres, luces y sombras.
SEIS. Alianza con mujeres
Tanto en la administración pública como privada está probado y comprobado que las mujeres son una clave para escalar el mayor número posible de peldaños.
En todo caso, y en nombre de la pluralidad y la tolerancia y el llamado “cuota de género”, una alianza con las mujeres.
Y una alianza en igualdad de circunstancias y proporciones donde ambas partes, mujer y hombre, se beneficien.
Y sin inclinar la balanza hacia un lado.
Temerarios los hombres muy machitos pensando y creyendo y sintiendo que son más efectivos y eficaces que las mujeres…