El hijo de Julio Scherer
**Citado en “El gran corruptor”
**Libro de Elena Chávez
ESCALERAS: El periodista y escritor don Julio Scherer García fue el Francisco Zarco del siglo XX. Así lo miraba el escritor Carlos Fuentes Macías.
Honrado “a prueba de bomba”. Un genio como reportero. Un genio como director de Excélsior y la revista Proceso. Un genio contando historias. Más de veinte libros publicados.
Luis Velázquez
Respetado y admirado, también temido. Y temido, entre otras razones de peso y con peso, por su integridad.
Y de acuerdo con la escritora y periodista, Elena Chávez, autora del libro más vendido en el año 2022, El rey del ca$h, en el segundo tomo de la serie (“El gran corruptor”) sobre “el saqueo oculto de AMLO, el presidente, y su equipo cercano”, Don Julio facilitó la vida pública a su hijo mayor, Julito Scherer Ibarra.
PASAMANOS: Incluso, hasta lo defendió en tiempo duro y rudo cuando tuviera orden de aprehensión por tropelías.
Digamos, don Julio, el testimonio inapelable de un padre extraordinario, fuera de lo común, abriendo puertas oficiales al primogénito.
Su nombre, prestigio, verticalidad y trayectoria al servicio del hijo mayor.
Por ejemplo, los cargos públicos desempeñados:
CORREDORES: En el BANRURAL de Miguel Lerma Candelaria y cuando tenía 17 años de edad, además de contratar a su novia.
Secretario particular de Javier García Paniagua como presidente del CEN del PRI.
Gerente del ingenio Yautepec con Eduardo Pesqueira Olea como secretario de Agricultura con el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Operador con Óscar Espinosa Villarreal en Nacional Financiera y en la Ruta 100 como jefe de Gobierno en la Ciudad de México.
Director del Consorcio Azucarero Escorpión, CAZE, del millonario refresquero Enrique Molina Sobrino y cuando se involucró “en un escándalo relacionado con exportaciones virtuales”.
BALCONES: Asesor del candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida Ochoa.
Consultor de Marcelo Ebrard Casaubon en su tiempo como jefe de Gobierno en el Distrito Federal.
Dueño de la empresa ISA y a la que Claudia Sheinbaum Pardo como jefa en el Distrito Federal “le otorgara todos los contratos para el manejo de la publicidad en el Metro y los túneles vehiculares de toda la Ciudad de México”.
Consejero Jurídico del presidente AMLO, tiempo cuando acuñó la siguiente frase bíblica: “A los reporteros hay que taparles la boca”.
Renunciado al gabinete de confianza de AMLO sigue desempeñado tareas especiales del presidente de la república.
Y haciendo negocios con sus empresas y en donde ha acomodado a parte de la familia.
PASILLOS: Tan bien ha ido a Julito Scherer en la política que, por ejemplo, escribió la periodista Elena Chávez, pudo comprar un departamento en Manhattan, Estados Unidos, valuado en 1.7 millones de dólares.
Es decir, más de treinta y dos millones de pesos.
Dice la autora del libro “El gran corruptor”: “Scherer Ibarra ha sido protegido del sistema. Lo experimenté en carne propia cuando escribía una columna en un diario y se me ordenó no escribir nada en contra de Julito”.
El capítulo del libro se llama: “Scherer, vender el alma al diablo”.
VENTANAS: El libro está en las librerías locales. En la portada, la foto de los ojos de AMLO, el presidente.
Una mirada dura y ruda. Canija. Digamos, intensa, encendida y volcánica. Demoledora. Los ojos como bombas nucleares.
Simplemente, dan miedo. Electrocutan. Sin la risita burlona acostumbrada en el púlpito de “La mañanera” desde Palacio Nacional.
La mirada de AMLO, una editorial lapidaria.
Con todo y que el curita José Alejandro Solalinde Guerra está convencido de que AMLO “tiene mucho parecido con Dios” como Sheinbaum lo tiene con la Virgencita de Guadalupe, dice.