Lolita, una fantasía
**La Lolita francesa
**Pasión descarrilada
UNO. La Lolita francesa
A principios de siglo, en Francia, apareció la versión del Siglo XXI de “Lolita”, aquella famosa novela del escritor ruso, Vladimir Nabokov, convertida en películas, primero, con la hermosa actriz, Sue Lyon, y luego, con la bella Dominique Swan.
Luis Velázquez
Se llamaba Alizée y era intérprete. Y cantaba una canción denominada “Yo, Lolita”.
Ella, cara bonita, fascinante, excitante, sensual, aparecía en el escenario con una faldita muy, muy, muy cortita, y unas piernas, como dijera aquel, con piel de ébano, muy bien torneadas.
DOS. Pasión descarrilada
Incluso, en el año 2008, llegó a México para una serie de conciertos en el país.
Y fue tremenda revelación.
Lolita… a la mano.
Más, por los siguientes:
En su canción describía los amores diluvianos, de viejos, entre adultos o viejos, varones mayores, con fascinantes colegialas.
En todo caso, la historia del amor en todos los siglos.
El amor, digamos, más intenso y volcánico, sobre todo, en la vida de los hombres.
Por ejemplo, el filme cinematográfico “Obsesión” con Juliette Binoche y Jeremy Irons.
Ella, una chica joven y sensual. El, un hombre casado, mayor, con un hijo, y secretario de Salud en Francia.
Ambos, en una pasión descarrilada a tal grado que ella decide casarse con el hijo para meterse en la familia.
Y, claro, el hombre viejo enloquece con la chica.
TRES. Amores arrebatados
Par de emperadores romanos enloquecieron con Cleopatra, la reina de Egipto.
También, de paso, los Césares vivían un amor arrebatado con los efebos, chiquillos menores de veinte años de edad.
Matusalem, el hombre bíblico viviendo más de novecientos años y con una vida sexual frenética y con mujeres mucho más jóvenes.
CUATRO. Las chiquillas de Pancho Villa
Chiquillas, incluso quinceañeras, muchas de las mujeres (veintinueve en total) de Pancho Villa.
Chamaquitas que lo buscaban para vivir juntos atraídas por la fama del legendario ladrón purificado con la Revolución.
Las amantes jóvenes de los políticos encumbrados. Todos, adultos mayores. Seniles. Ancianos. “Sacando juventud de sus carteras” y cargos públicos ofrecidos a una que otra, las ambiciosas.
Los caciques en los pueblos y regiones como, por ejemplo, Pedro Páramo, en la narrativa de Juan Rulfo, con montón de mujeres desfilando en sus camas como en un carrusel de caballitos en feria pueblerina y aldeana.
CINCO. “La bandida”
Nada alienta más la imaginación febril de los hombres de visita en un congal cuando descubren en las furcias unos 20 años de edad.
Plutarco Elías Calles, el fundador del partido político abuelito del PRI, en la casa de citas con los suyos de “La bandida” de Graciela Olmos y en donde Agustín Lara tocaba el piano y cantaba y componía canciones cabareteras y todas las mujeres eran jóvenes.
Digamos, una especie de paraíso terrenal accesible a los hombres con poder, políticos y magnates.
El músico-poeta se enamoró de una mesalina amante de un general revolucionario.
SEIS. Lolita, una fantasía
La cantante francesa Alizée, a la altura de Sue Lyon y Dominique Swan.
Pero, claro, en los cinco continentes con las más de doscientas naciones también han existido y hay “Lolitas”.
Es la fantasía.
Y ni modo, cada pareja desearía soñar y conservar el fuego y vivir con fuego hasta los últimos días de su vida.
Y de pronto, cuando por ahí se ha perdido la ilusión, suele aparecer una tercera persona en discordia y la ilusión y la quimera quedan desbaratadas.
Entonces, solo resta arrastrar la carretera destartalada. Y con frecuencia, sin rumbo ni destino.