Y los rafaguearon.
En el sitio quedaron cuatro casquillos. Los sicarios huyeron en el Veracruz turbulento y huracanado que desde hace cinco años padecemos con la peor intensidad de la historia.

PASAMANOS: En Yanga fue peor. A orilla del río del poblado La Concha fueron tirados par de cadáveres.
Ensabanados. Una mujer y un hombre.
Eran las 7:50 horas cuando en la comandancia policiaca sonó y resonó el teléfono.
Unos vecinos hallaron los cadáveres y avisaron.
El hombre, capitado. La mujer a su lado depositados sus restos al lado del hombre.
Un recadito abandonaron en sus cuerpos. Entre otras letras y palabras escribieron lo siguiente: “Nosotros matamos a gente que anda mal. Y nada de gente inocente se ha muerto”.

CORREDORES: Se ignora, por ejemplo, si sea noticia ocuparse en los medios del Veracruz ensangrentado.
Se ignora si la noticia bien pudiera estar en el par de feminicidios.
Incluso, y luego de un Veracruz figurando en el ranking nacional de feminicidios, se ignora si será noticia de ocho columnas seguir publicando el tsunami de mujeres asesinadas.
Es más, si en todo caso será noticia referir el gigantesco grado de impunidad de norte a sur y de este a oeste.
Y/o en todo caso, citar que los Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes secuestrados, desaparecidos, asesinados y quizá sepultados en fosa clandestina, continúan clamando justicia.

BALCONES: Iniciado con Javier Duarte el clima de incertidumbre, zozobra e inseguridad, continuado con Miguel Ángel Yunes Linares y reproducido al más decibel por el góber obradorista, la noticia bien sería que con todo ya no hay noticia.
“Ta’gueno”. Mejor dicho, estaría bueno.
Nunca en Veracruz, por ejemplo, el primer lugar nacional en feminicidios.
Y secuestros.
Y desaparecidos.
Y fosas clandestinas.
Y extorsiones.
Es, sería, será, el legado histórico del primer gobierno de izquierda en Veracruz.

PASILLOS: Y todavía así festinando desde Perote un Veracruz dichoso y feliz.
Y el góber entrando a la antigua Fortaleza de Perote “como torero en tarde de luces” cortando rabo y oreja.
Y la sonrisa más grande que la sonrisa de la sandía dibujada por el muralista Diego Rivera.
El Veracruz, sin embargo, de la población civil.
El Veracruz del góber.
El Veracruz retratado en los medios de información y en las redes sociales.
El Veracruz proyectado desde los medios capitalinos en la nación.
El Veracruz de los Colectivos. El Veracruz de los familiares de las mujeres feminizadas. El Veracruz de los desempleados y subempleados con pichurrientos salarios de hambre.

VENTANAS: En Acayucan, el esposo intentó proteger a su mujer de la balacera. Murieron los dos.
En Yanga, la mujer y el hombre plagiados, desaparecidos, asesinados, ensabanados y arrojados a orilla del río de la comunidad de La Concha.
Indicativo y significativo: ni la candidata oficializada a gobernadora por MORENA ni los aspirantes y suspirantes por el Frente Amplio Opositor…
Ni los diputados locales y federales y senadores.
Ni los presidentes municipales (y en el caso, más de Acayucan y Yanga) se ocuparon de los feminicidios.
La masacre fue el mismo día del V informe de gobierno.
Como si de hecho y derecho la matanza ocurriera en el Mar Rojo…