Asesinado un regidor, Enrique Argüelles, el 30 de noviembre del año 2022.
Y asesinado un comandante policiaco, Esteban Feliciano, el 26 de agosto del año 2022.
Tres funcionarios públicos.
Además, y por ahora, el presidente municipal en funciones, Víctor Manuel Sánchez, amenazado de muerte.
Indicativo y significativo: en par de ocasiones ha solicitado protección al góber camaronero y el silencio como única respuesta.

PASAMANOS: La última ocasión cuando el alcalde extendió un SOS a Mr. García (Cuitláhuac) y a través de las redes sociales con un video (público y notorio) fue el fin de la semana anterior.
Entonces, los malosos bombardearon un autolavado en el pueblo y en donde varios funcionarios públicos guardan, además, unidades móviles.
Y de nuevo, el silencio del góber como respuesta lacónica, precisa, categórica, lapidaria y maciza.
La indiferencia, pues. El desdén. El menosprecio.

CORREDORES: De pronto, Texistepec se ha vuelto clave en el sur de Veracruz.
En su territorio construyen un polo de desarrollo clave para el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Y el pueblo se ha convertido en una disputa acaso entre los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Nada fácil sería, es, digamos, que desde antes la delincuencia organizada anduviera y tuviera su sede, por ejemplo, casas de seguridad.
Más, mucho más, cuando el góber salsero ha exhibido a montón de alcaldes del sur del Estado (y sin aportar ninguna prueba ni menos sin interponer denuncia penal en su Fiscalía General) publicitando la existencia presidentes municipales narcos, amigos de los malosos, socios, aliados, cómplices quizá.

BALCONES: Luego del botón nuclear contra el autolavado, el presidente municipal miró con claridad el presente y el futuro.
Simplemente, los malos van por él. Lo tienen en la mira.
Y como es lógico y natural, tiene miedo de que avasallen hasta con su familia, la esposa y los hijos.
Van, pues, un exalcalde, un regidor y un comandante de policía ejecutados.
Y en ningún momento el horno está para cocinar panes.
Quizá, pan de muertos.

PASILLOS: Hasta donde se sabe si bien se sabe, en ninguna otra demarcación del Estado de Veracruz (212, doscientos doce) municipios, la temperatura violenta ha alcanzado los niveles de Texistepec.
Cierto, cierto, cierto, los malos han asesinado a un presidente municipal, un edil, un líder partidista, el militante de algún partido.
Pero nunca como en Texistepec, en cascada.
Y, bueno, si la negativa y resistencia del góber se debiera, digamos como hipótesis universal, a relaciones peligrosas de las tribus políticas con los malos, entonces, ahí está la Fiscalía para interponer la denuncia penal y proceder.
Raro y extraño, entonces, el desdén de Cuitláhuac a Víctor Manuel Sánchez, el alcalde.

VENTANAS: El presidente municipal ha sido contundente: seguirá en su tarea edilicia. Continuará defendiendo a su pueblo. Y protegiendo a su familia.
De ser así, entonces, la autoridad moral y social y política por delante.
De cara a la delincuencia organizada.
Nada de temer con un señalamiento negativo sobre su conducta pública y personal.
Nada de medias tintas jugando doble, triple juego.