Soberbia y altivez
**Eje de la 4T
**Les queda un año...
ESCALERAS: Queda a la 4T menos de un año para dejar el poder público. Y entre una de las peores herencias (¡Vaya legado histórico!) está la soberbia y la altivez con que muchos funcionarios públicos ejercieron el poder y gobernaron.
Por ejemplo, todos aquellos quienes llegaron a la silla embrujada de la oficina gubernamental con la espada y la cuchilla desenvainada (mujeres y hombres) acusando de pillos, ladrones y corruptos a quienes estaban, incluso, burócratas con más de veinte años de servicio.
Luis Velázquez
Y en nombre de su purificación moral y honestidad valiente (ajá) iniciar el acoso y el hostigamiento para la destitución lo más pronto posible.
PASAMANOS: Ellos ascendieron al poder con el síndrome de Hernán Cortés. El síndrome de los Conquistadores. Arrasando con los monumentos y estatuas a los dioses de barro. Arrasando con la libertad religiosa y cultural. Arrasando con la dignidad humana.
“Quítate porque ya llegamos” fue la espada número uno. Y su primera acción fue señalar a todos, mujeres y hombres, y más a los jefes, de deshonestidad.
Luego, segunda acción, investigarlos.
Tercera acción, removiendo de un lado a otro a los jefes como una estrategia para obligar a la renuncia.
Por ejemplo, si un jefe estaba en la Ciudad de México, entonces, lo enviaron a Ciudad Juárez.
Y si estaba en Oaxaca lo comisionaban un tiempecito en Baja California Sur.
CORREDORES: Y luego a Chiapas, esperando que “la aburridora” solita funcionara.
Más, en los jefes (mujeres y hombres, se insiste) casados y con hijos, pues significaba estar lejos de la familia.
Y más, de los hijos menores.
En muchos, muchísimos casos burócratas ejemplares. Modelos de integridad en el desempeño oficial. Eficientes y eficaces. Leales y discretos.
Y con una devoción y amor entrañable al trabajo que durante varios años les había dado de comer.
BALCONES: Además, los llamados (ajá) Siervos de la Nación llegaron a las oficinas y dependencias con el mismo talante priista y panista y perredista.
Obligar a renunciar a los jefes para de inmediato imponer a los suyos.
Entre ellos, familiares, compadritos, amigos, cuates y hasta vecinos.
Todo, en nombre del obradorismo quien acuñara la frase bíblica de que sus antecesores eran “corruptos, corruptazos”, mirando, en todo caso, los males “en el ojo ajeno” y sin mirarse a sí mismo.
PASILLOS: Peor todavía: los nuevos jefes amigos y parientes de los Siervos de la Nación llegaban en grado de analfabetismo gubernamental.
Sin conocer el abc de la nueva chamba.
Y de paso, y con frecuencia, ordenando a los antecesores enseñaran el manejo de la oficina.
Luego, apretando la cuerda para que solitos se ahogaran con “la aburridora”.
El legado de la 4T y Morena y el obradorismo tanto en las dependencias federales como estatales.
Cierto, cierto, cierto, los priistas y panistas fueron y son iguales.
Pero los guinda y marrón son (y fueron) peores (y desde el primer mes del sexenio) porque ondearon la bandera del profundo, inalterable, respeto a los derechos humanos.
¡Vaya farsantes!
VENTANAS: Las tribus guinda y marrón igual o peor de soberbias, petulantes y engreídas que los antecesores.
Lo decía Antonio López de Santa Anna: “El hombre es nada. El poder es todo”.
Lo decía Eufemio Zapata, el hermano menor del Caudillo del Sur, Emiliano: “La silla del palacio está embrujada. A muchos enloquece y embrutece. Y hasta hace levitar”.
Los dueños sexenales de “la plenitud del pinche poder”.
Los mesiánicos.
Los propietarios de la verdad histórica.
“Yo soy la verdad. Yo soy la luz”.